יום חמישי, 7 בינואר 2016

vaErá, aliah de viernes, Iesod en la semana

vaErá, aliah de viernes, Iesód en la semana. Shemot-Ex. 9,16: "Y de hecho, para ésto te erigí: para mostrarte mi fuerza, y para que sea relatado-consignado mi nombre en toda la tierra".
Tenemos ahora la respuesta a nuestra perplejidad previa: no es por el bien de Faraón y de Mitsráim que advienen los azotes-plagas, no es para hacerlos expiar y darles oportunidad de corregirse. Desde el momento en que la mácula de su maldad cobró vida, y entonces perdió Faraón la libertad de elegir, la sentencia de muerte estuvo pendiente sobre su cabeza; no obstante, él y su nación servirán de ejemplo y de parábola para todas las generaciones del mundo, y especialmente para Israel, para que vean, y sepan, y teman hacer el mal. "Y de hecho, para ésto te erigí: para mostrarte mi fuerza, y para que sea relatado-consignado mi nombre en toda la tierra" -nuestro verso entero, con valor 3899-, dice Hashém a Faraón (que hizo creer largamente a su pueblo que él mismo había creado el mundo y lo gobernaba). A lo largo de todo el camino, nada ocurrirá de modo estadísticamente previsible y sensato; todo, incluso el modo en que los opresores y sus amigos ven y se relacionan con los esclavos que se aprestan a salir en libertad, será en subversión de las leyes naturales para aumentar la maravilla: [Shemot-Ex. 11,3] "Y dará Hashém la gracia del pueblo a ojos de Mitsráim; también el hombre Moshéh es muy grande en la tierra de Mitsráim, a ojos de los siervos de Faraón y a ojos del pueblo". Pero la serie de maravillas no basta para despertar en todo el pueblo la fe completa y la seguridad feliz desde cuya conciencia se harán pasibles de redención perfecta; y por tanto, al descender él mismo para elevarles consigo, cometerá Moshéh una transgresión que nos costará muy cara: [Bamidbar-Num. 20,11] "Y levantará Moshéh su mano, y golpeará la roca con su cayado dos veces; y saldrán aguas abundantes, y beberá la congregación y sus animales". Y en su enorme piedad, Hashém no cesa de propiciar al hombre ventanas, puntos, eventos a cuyo través pueda tomar conciencia de la divinidad, [Reyes1 22,19] "y dirá: por tanto, atiende a la palabra de Hashém. Vi a Hashém sentado sobre su trono, y toda la milicia del firmamento está parada sobre él, a su derecha y a su izquierda". Y entonces despertaremos y atenderemos al líder, al sabio tsadík-justo que se levanta para conducirnos de retorno al camino bueno: [Is. 51,1] "Oidme los perseguidores de justicia, los que pedís a (la presencia de) Hashém; contemplad la roca de la que fuisteis tallados, y al hueco en la cantera de que fuisteis tomados", porque pedir la presencia de Hashém es expresión de la inexcusable búsqueda de justicia y no hay aquélla sin ésta; y entonces hallaréis en lo profundo de vuestros corazones los restos del templo para Hashém, el templo que Hashém pidió construir para morar en vuestro interior. Y frente al templo, la evocación volará a traer hasta el presente la puerta anhelada. En recuerdo-evocación de la salida de Mitsráim cumplimos muchas mitsvót-preceptos, y en evocación de la génesis del mundo en Bereshit: para despertar en nosotros la renovación de la creación, la renovación de nosotros mismos; para despertar en nosotros el camino redentor de todas las servidumbres en que hemos caído. Y veremos con gran amor todo el bien que rige sobre nosotros, y con irAh, con temor reverencial nos conduciremos ante la justicia prodigiosa que imprimió el Creador a la creación toda, y que está en nuestras manos realizar en este mundo u corromperla (no lo permita Hashém). Y desde ese anhelo poderoso de verdad, de la belleza espléndida de la Toráh, se parará todo quien busque con inteligencia rectificar sus caminos, y elevará su plegaria desde el llanto: [Tehilim 143,7] "Pronto, respóndeme Hashém, se ha agotado mi espíritu; no ocultes tus rostros de mí, y me parecería a los que descienden al agujero"; porque no quiero el destino de los necios, sino que hijo de tu pacto soy por el tiempo de todos los mundos.

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