יום ראשון, 17 בינואר 2016

Beshaláj, aliah de lunes, Guevurah en la semana

Beshaláj, aliah de lunes, Guevuráh en la semana. Shemot-Ex. 14,13: "Y dirá Moshéh al pueblo: No temáis. Formaos y ved la salvación que Hashém os hará hoy. Pues tal como visteis a Mitsráim hoy, no volveréis a verlos más por todo el tiempo del mundo".
El pueblo, asustado, se ve dentro de una trampa: entre el mar y el desierto, y todo Mitsráim que les persiguen. Es el momento de la verdad, en que dirá Moshéh a los hijos de Israel: "Formaos y ved la salvación que Hashém os hará hoy" ("hitiatsvú urU Et ieshu'át Hashém Ashér ia'aséh lajém haióm" = 2976), pues un nuevo proceso de milagros revelados que subvierten las leyes de la naturaleza va a tener lugar, [Reyes2 2,8] "y tomará Eliáhu su manto, lo doblará y golpeará las aguas, y se partirán a uno y otro lado, y pasarán ambos por tierra seca". Y tras la salvación, la supervisión individual y próxima a la nueva vida de cada quien, [Jer. 29,13] "y pediréis a Mí, y hallaréis pues me requeriréis con todo vuestro corazón", porque -como enseñan los grandes maestros de la Jasidút- Hashém quiere el corazón del hombre, el corazón bueno y rectificado que se conecta con la raíz de su alma; y requerirá el hombre al E-lokím y Hashém le responderá, (Jer. 11,5) "en aras de cumplir el juramento que juré a vuestros padres" ("lemá'an hakím Et hashvu'áh Ashér nishbá'ti laAvoteijém"), (Nej. 9,25) "y heredarán casas llenas de todo lo bueno, pozos ya cavados, viñedos y olivos y árboles de alimento" (veiirshú batím mleIm kol tov, borót jatsuvím, kramím vezeitím ve'éts maAjál"), y todo lo necesario en este mundo para una vida de shalóm que el corazón pide erigir, para incidir desde ella en derredor. Pues la "salvación de Hashém" ("ieshu'át Hashém" = 812) recibiréis (Bamidbar-Num. 18,31) "a cambio de vuestra labor en el templo" ("jélef 'avodatjém beOhel mo'éd"), por mérito de vuestro esfuerzo en agregar luz frente a la oscuridad, agregar sacralidad a vuestro mundo.
Y para todo lo dicho, hay pruebas claras en vuestras manos, a cada paso que adelantéis fielmente en el camino de Hashém. "Pues tal como visteis a Mitsráim hoy, no volveréis a verlos más por todo el tiempo del mundo" ("ki Et Ashér reItém Et mitsráim haióm ló tosífu lirOtám 'od 'ad 'olám" = 3572). Ante todo, conquistamos el nivel del drór, la libertad física básica: que no quede ningún resto siquiera de la esclavitud física. Entonces, toca conquistar el jófesh, el nivel de libertad en que somos desafiados a buscar, a inquirir, a demandar verdad para instalarla en nuestras vidas, porque [Amos 8,1] "he días que vienen, palabra de Hashém E-lokím, y enviaré hambre a la tierra: no hambre de pan ni sed de agua, sino de escuchar las palabras de Hashém". Y en el último paso, cuya culminación siempre queda unos pasos adelante del hombre, que está en permanente renovación cada vez más alto, nos habilitamos para la verdadera Jerút, la más alta libertad: al shalóm próspero, que surge de que la respuesta a todas las preguntas, grabada en las paredes del corazón del hombre, se revela en sus acciones sin ningún desvío, y de modo transparente y simétrico, la respuesta del E-lokím, para que vean todos los pueblos de la tierra y caminen hacia la luz tras la huella de Israel: (Tehilim 71,15) "Se contará tu justicia, todo el día tu redención, porque no sabré contarlas", porque no hay número que refleje la piedad de lo Alto que rige sobre el hombre, y todo nuestro camino por el desierto tiene por objeto preparar y reforzar nuestros recipientes y herramientas para recibir luz superior, que nos está destinada desde los primeros hasta los últimos días del mundo.

   

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