יום חמישי, 11 ביוני 2015

Shlaj Lejá, aliah de viernes, Iesod en la semana

Shlaj Lejá, aliah de viernes, Iesod en la semana. Bamidbar-Num. 15,19: "Y será, a vuestro comer del pan de la tierra, elevaréis ofrenda a Hashém".
Tal como temieron los espías que sucediera, desde nuestro ingreso a la tierra de Israel (desde nuestro conectarnos a nuestra tierra, cada quien), nos veremos forzados a conducirnos en sumisión a las leyes naturales. Entonces, ¿en qué erraron los espías? Ellos creyeron que eso nos limitaría, que nos volvería mucho más densos, materialistas, y que descenderíamos del maravilloso nivel de espiritualidad al que fuimos atraídos por la vida ambulante en el desierto. Y la verdad es que toda la finalidad de nuestras vidas en esta suerte de matriz virtual, dentro del laberinto del mundo material, es que corrijamos la materialidad de modo que sea capaz de acoplarse al espíritu; que elevemos a la tierra, a la novia, hasta el novio en los cielos. Y todo comienza, claro, en la condición de la tierra de Israel, de su centro Ierushaláim, cima de la materia y suelo primero del espíritu.
En nuestro verso, las cosas son claras: "y será a vuestro comer" ("vehaiáh beOjlejém" = 139, o a vuestro tomar provecho u disfrutar), implica la orden (Bamidbar-Num. 31,3) "librad-soltad" ("hejaltsú"), que deis de lo vuestro, que depositéis parte de las luces que han a vuestros manos para que os rodeen, y ejerzan influencia en derredor. Librad "del pan de la tierra" ("miléjem haArets" = 414), para elevar (Tehilim 107,37) "cosecha" ("tevuA h") que es (Tehilim 36,10) "fuente de vida" ("mekór jaím") cada hombre a E-lokím (Job 16,21) "y el hijo de hombre a su prójimo" ("uvén Adám lere'éhu"); (Shemot-Ex. 16,22) "y dirán a Moshéh" ("vaiaguídu lemoshéh", y a todo quien despertó en su corazón la índole de Moshéh, hombre de E-lokím, humilde como nadie más), y será (Shemot-Ex. 33,9) "al venir Moshéh al templo" ("kevó moshéh haOhélah") y he la revelación de la shejináh (Bamidbar-Num. 14,10) "se ve en el templo" ("nirAh beOhel mo'éd"); y en su valor cognitivo y moral no realmente se suspendió el mán-maná que cae del firmamento (Sam.1 29,3) "desde el día de su caída hasta el día éste" ("mióm nofló 'ad haióm hazéh"); sólo que hay palabras y acciones que sirven de llave para los conductos de la maravilla, que hacen oir el ruego hacia lo Alto cual pidiendo (Sam.1 30,7) "presenta-dispón ya para mí" ("haguíshah ná lí"); y será recibido su ruego a buena voluntad si de verdad (Shemot-Ex. 30,29) "consagrará" ("ikdásh") el hombre su corazón a Hashém, para hacer en él una morada (Tehilim 132,13) "para Su asiento" ("lemosháv ló").
Por tanto, en todo vuestro disfrutar y tomar provecho de las instalaciones del mundo, elevaréis ofrenda a Hashém. Ante todo, la acción misma: "elevaréis" ("tarímu" = 656). No "elevad" ("harímu") en modo imperativo, sino "elevaréis", a modo de crónica de futuro cierto, para señalar el sentido de un verso con que apenas ayer nos deleitamos: [Tehilim 27,14]  "dirige tu esperanza a Hashém con fuerza, y él fortalecerá tu corazón, y dirige tu esperanza a Hashém", que representa en sí mismo ya una elevación de todo aquéllo a lo que lo apliquemos. ¿Y qué elevaremos? "Ofrenda para Hashém" ("terumáh laHashém" = 707) es el shalóm y la alegría de (Bereshit-Gen. 3,20) "su mujer" ("Ishtó") de todo hombre (y hemos visto que "su pan es -refiere a- su mujer", en palabras de Rash"i donde el altercado de Ioséf con la esposa de Potifár), de quien recibirá el hombre el coraje para elevarse por sobre toda dependencia, [Bereshit-Gen. 12,9] "y viajará Avrahám, yendo y viajando, hacia el Néguev": Avrahám viaja, muda su lugar de asiento de inmediato, cada vez, de acuerdo a las instrucciones del Creador; tal como ocurrirá a los hijos de Israel en el desierto, previo a que reciban la parcela y heredad que fuera prometida justamente a Avrahám por mérito de su camino, y tras que también ellos superen la prueba de una vida de yendo y viajando: de acuerdo a la palabra de Hashém acamparán, y de acuerdo a la palabra de Hashém (levantarán el campamento y) viajarán.
No podrá cargar el yugo de la redención quien se apegue, con deseo y anhelo y hasta dependencia, a los asuntos de este mundo. Así, elevaréis, pondréis vuestra esperanza y expectativa en Hashém, como hemos visto. Ofrenda para Hashém: eleva hacia El el deleite de tu shabát, el shalóm con tu mujer, y tu capacidad de soportar una situación de yendo y viajando, de superar todas las desventuras y cambios que tienen lugar en tu vida, y todas las pruebas dispuestas ante tí, con amor y alegría, desde la conciencia clara de que el pan de la tierra que comes, no es en realidad sino el mismo pan del firmamento que no se interrumpió ni se interrumpirá, y es dispuesto a las puertas de tu hogar a la medida de los recipientes que has alistado para recibirlo y contenerlo.
Por tanto, atended y reflexionad: "y será, a vuestro comer del pan de la tierra, elevaréis ofrenda a Hashém" -nuestro verso entero, con valor 1916-, pues [Ez. 39,8] "He que viene y se constituye, palabra de Hashém E-lokím: es el día (acerca del) que hablé"; y sólo quien esté listo verá y vivirá los milagros (Devarim-Deut. 7,19) "y las señales y los portentos y la mano fuerte y el brazo extendido" ("vehaOtót vehamoftím vehaiád hajazakáh vehazró'a hanetuiáh") que viene a hacer justicia y obrar redención. Y la tsedakáh (la caridad que es justicia y se hace connatural al hombre recto) salvará de la muerte (en todas sus acepciones y modos), especialmente la tsedakáh de quien acuda con alegría (Tehilim 143,10) "a hacer tu voluntad, pues tú eres mi divinidad, tu espíritu es bueno" ("la'asót retsonéja ki Atáh Elohái rujajá továh").


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