יום ראשון, 28 ביוני 2015

Balák, aliah de lunes, Guevurah en la semana

Balák, aliah de lunes, Guevurah en la semana. Bamidbar-Num. 22,18: "Y responderá Bilám, y dirá a los siervos de Balák:  si me diera Balák todo el volumen de su casa lleno de plata y oro, no podré profanar la boca-palabra de Hashém mi E-lokím, para hacer pequeña o grande".
Tras el fracaso de la primera delegación, sale una segunda de parte de Balák ben-Tsipór hacia Bilám, el mayor de los hechiceros. Ellos piensan, como la mayoría de los mandatarios y poderosos de hoy parecen creer también, que todos los asuntos de este mundo se dirimen aquí abajo, que todo es cuestión de honor y tentaciones y dinero y control terreno (también todos los gobernados y sometidos parecen haberlo asumido actualmente, y aceptan sobre sí un techo de "normalidad" racional, como si fuera). Bilám sabe que no es así, y aún así está deseoso de provecho, sabe la verdad pero está sometido al apetito de riqueza y majestad; y juega como danzando sobre el fiel de la balanza: busca obtener la anuencia de Hashém para encaramarse al honor y el poder, a cuenta de la caída del pueblo de Israel (no lo permita Hashém). Desde el inicio, declara ante ellos: "y responderá Bilám y dirá a los siervos de Balák" ("vaiá'a bil'ám vaioMár El 'avdéi balák" = 784) las palabras del profeta: (Is. 3,13) "se planta-para a la pelea Hashém, y se para al juicio de-entre los pueblos" ("nitsáv larív Hashém ve'oméd ledín 'amím"), que en la contienda verdadera Hashém está presente y activo, y para el éxito de cuanto se haga, es necesario contar con anuencia de lo Alto. Para ver con mayor claridad aún, "y responderá Bilám y dirá" ("vaiá'an bil'ám vaioMár" = 535) como las palabras del profeta que habla en nombre de Hashém: (Jer. 49,11) "en mí confiaréis" ("'alái tivtejú"), y como las palabras de Shlomóh-Salomón: (Ec. 12,14) "el E-lokím vendrá en juicio" ("haE-lokím iavó bemishpát"). Para producir cualquier cambio significativo en el statu quo sobre las faces de la tierra, el proceso comienza en su demanda a los cielos.
Supongamos, dice: incluso "si me diera Balák todo el volumen de su casa lleno de plata y oro" ("Im itén li balák meló beitó késef vezaháv" = 1342), sólo de acuerdo a cómo lo dirima Hashém se traducirá ello ya hacia la voluntad de Balák (Reyes2 3,10) "de entregarlos en manos de Moáv" ("latét Otám bidéi moAv"; o sea, no lo quiera Hashém, a Israel), o justamente en el sentido opuesto reforzará las manos de Israel (Crón.1 22,7) "para construir una morada a nombre de Hashém mi E-lokím" ("livnót báit leshém Hashém E-lokái"). Pues en el hecho mismo de arrendar los servicios del brujo hechicero al precio de "todo el volumen de su casa lleno de plata y oro" ("meló beitó késef vezaháv" = 669), abrirán un camino que no desean abrir, (Ezra 56,16)  "y sabrán que de parte de nuestro E-lokím" ("veiad'ú ki meEt E-lokéinu") fue decretado que "el pueblo de Israel vive" ("'am israEl jái"), y no hay ningún recurso en sus manos que les habilite a revocar el decreto del Creador, si no es que los propios hijos de Israel, por sí mismos, traigan (Hashém nos libre) con sus acciones el mal a sobre sus cabezas.
"No podré profanar la boca-palabra de Hashém mi E-lokím" ("ló Ujál la'avór Et pí Hashém E-lokái" = 953), dice, para dejar claro que todo lo que hay en sus manos es la capacidad de cumplir lo ya escrito: [Tehilim 37,5] "revela sobre Hashém tu camino, y confía en El, y El hará", provisto que la situación, en su profundidad íntima, es (Zac. 2,13) "que Hashém de los ejércitos me envió" ("ki Hashém TsebaO-t shlajáni") también a ésto, y de no mediar tal comienda divina, nada resultaría en su mano. El teme por el destino que sufrirán sus fuerzas y capacidades especiales si se extralimita de lo que tiene permitido hacer con ellas; sabe que si se desviase "para hacer pequeña o grande" ("la'asót ktanáh o gdoláh" = 1025), ocurrirá que (Jue. 16,17) "y me enfermaré, y seré como todo hombre" (vejalíti vehaíti kejól Adám"), sin ningún poder especial ya más. Pues también "pequeña o grande" ("ktanáh o gdoláh" = 219) será hecha a la postre (Reyes2 13,16) "por manos del rey" ("'al iedéi hamélej") y de lo contrario no tendrá éxito; y bien sabe Bilám que la finalidad última de toda su profecía para las naciones del mundo será que (Tehilim 108,4) "te agradeceré-reconoceré en los pueblos, Hashém" ("Odjá ba'amím Hashém"); que también e incluso desde dentro de su intención de provocar mal, a la postre el bien será realizado y cumplido.
Tal como veremos en la continación de la historia, hacia donde lembre pide ir, hacia allí es conducido de lo Alto. Bilám concederá a la postre el pedido de los delegados de Balák e irá con ellos, sólo que lo hará en términos de la misión que el Creador le asignará. Hasta el último instante parecerá como si para Balák estuviera trabajando, sólo que nada más que lo que Hashém ponga en su boca dirá y logrará llevar a cabo. Todo estaba en manos de Israel. Todo para bien de Israel, que es el bien del mundo todo. Si sólo no hubiéramos violado nosotros mismos los cercos que nos cuidan (entonces, y así en nuestros días), no importa qué fuerzas fueran activadas contra nosotros desde fuera ni con qué nos amenacen, pues el agrado y la gracia de Hashém nuestro E-lokím es sobre nosotros, y ello implica que transparentemente nuestras propias acciones nos determinan, e incluso que nuestras propias acciones determinan a Hashém, de acuerdo a sus propias reglas impresas en la creación, en su modo de conducirse con nosotros.


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