יום שני, 29 ביוני 2015

Balák, aliah de martes, tifEret en la semana

Balák, aliah de martes, tifEret en la semana. Bamidbar-Num. 22,31: "Y descubrirá-abrirá Hashém los ojos de Bilám, y verá al ángel de Hashém parado en el camino y su espada empuñada en su mano, y se postró y reverenció de bruces".
Tres veces se desvía la mula del camino, y Bilám la azota con ira creciente. La tercera vez, el desvío repentino redunda en que se aplaste la pierna de Bilám contra la pared al borde del camino, y azota a su mula con crueldad desmesurada. Entonces, a más de abrir Hashém la boca-verbo de la mula para que ésta increpe a Bilám su sufrimiento, sucede que -tal como sabido es- Hashém abre los ojos a los ciegos: un ángel de apariencia terrible estaba allí frente a ellos todo el tiempo, y la espada llameante en su mano, y recién ahora Bilám lo distingue, lo ve.
Y descubrirá, abrirá Hashém. ¿Qué abrirá? "(a) los ojos de Bilám" ("Et 'einéi bil'ám" = 683), ambos, el ojo que ve y el ojo ciego, la visión de este mundo y la visión profética, para decir que [Job 36,15] "rescatará al pobre por (mérito de) su pobreza, y abrirá por la presión sus oídos": que incluso si lograse hacer mal a Israel, redundará ello en bien de Israel; pues la pobreza y demás pesares y estrechez expían y dan mérito al hombre para ser salvo de todo mal, y levantarse nuevamente con mayor coraje y más alto alcance; y la presión que se sufre abre el oído y la atención, suma perspicacia para aprender y extrapolar sentido de una cosa hacia otra y prever lo que adviene; y aún "descubrirá" ("iaguél") es de la raíz de "júbilo" ("guíl") alcanzable por vía de la conquista de nuevos niveles cognitivos de sacralidad. Así, los ojos del corazón de Bilám ven que a la postre, no hay en sus manos dañar de verdad a Israel, no cuenta él ni cuenta nadie con la opción de dañar a quien tiene clara conciencia de que todo es para bien.
Sus ojos abiertos, y él ve "al ángel de Hashém" ("Et malAj Hashém" = 518), porque ahora su visión presente es inocente, íntegra, (Job 35,16) "despojada de conocimiento" ("bivlí dá'at"), se sitúa más allá de las herramientas de su mente, y sólo le es posible advertir que (Devarim-Deut. 33,11) "bendijo-bendecirá Hashém a su milicia y al verbo de sus manos" ("beráj Hashém jeiló vepó'al iadáv"). El descubre al ángel, sólo un "ángel de Hashém parado en el camino y su espada empuñada en su mano ("malAj Hashém nitsáv badérej vejarbó shlufáh beiadó" = 1144) (Tehilim 40,13) "y no pude ver" ("veló iajólti lirOt"), que no tenía las herramientas, los sentidos sutiles necesarios para advertir al ángel sagrado hasta que Hashém abrió sus ojos; y es aterrador.
¿Por qué habría de aparecer este ángel ante él de pronto? "parado en el camino, y su espada empuñada en su mano" ("nitsáv badérej vejarbó shlufáh beiadó" = 1027), para responder (Prov. 3,32) "que abominación de Hashém es el nalóz" (el que tuerce sus caminos, al decir de Rash"i; el que se desvía y se inclina desde el camino recto, al decir del Metsudát David - "ki to'avát Hashém nalóz"), y no es de agrado a lo Alto su pervivencia. Entonces, tiene que aparecer un ángel, para recordar a Bilám que Hashém (Tehilim 9,9) "juzgará a la tierra con justicia" ("ishpót tével betsédek"), que todo acontece bajo supervisión superior y para una finalidad última de puro bien. Más precisamente, un "ángel de Hashém parado en el camino" ("malAj Hashém nitsáv badérej" = 485) señala que (Prov. 20,24) "de Hashém son los pasos del hombre" ("meHashém mits'adéi guéver"), que ni siquiera son los caminos que se abren a la vista del hombre los únicos posibles (de modo que nunca es de recibo excusar que uno no tenía excusa u opción), sino que son apenas los caminos a los que se abrieron nuestros ojos de acuerdo a la enmienda que nos pesa por misión a cumplir y de acuerdo a de qué modo nos relacionamos con ella; mas de los cielos. "Y su espada empuñada en su mano" ("vejarbó shlufáh beiadó" = 659) remite a que la relación de reciprocidad entre el mundo superior y el inferior es continua y holística y transparente, al modo de un continuo (Shemot-Ex. 4,4) "y dirá Hashém a Moshéh" ("vaióMer Hashém El moshéh") y un (Shemot-Ex. 4,10) "y dirá Moshéh a Hashém" ("vaióMer moshéh El Hashém") que no cesan. (Shemot-Ex. 4,15) "Y hablarás a él" ("vedibárta Eláv"), (Bamidbar-Num. 12,5) "y se parará a las puertas del templo" ("vaia'amód pétaj haOhel"), (Shemot-Ex. 34,5) "y llamará en-por (el) nombre" ("vaikrá beshém") (Devarim-Deut. 1,15) "hombres sabios y conocidos-conocedores" ("Anashím jajamím veiedu'ím"), (Devarim-Deut. 1,34) "y jurará expresando" ("vaishavá' leEmór"): (Reyes2 2,2) "¡vive Hashém y vive tu alma si te abandonare!" ("jái Hashém vejái nafshejá Im E'ezvéka"), para enseñarles la Toráh (Devarim-Deut. 6,20) "y las leyes y los juicios" ("vehajukím vehamishpatím") para llevarles a amar a Hashém (Devarim-Deut. 8,6) "y temerle" ("ulirAh Otó"), y será como si el corazón del hombre, su ego y su voluntad (Devarim-Deut. 12,27) "se derramará sobre el altar de Hashém tu E-lokím" ("ishaféj 'al mizbáj Hashém E-lokéja") todos los días. (Reyes1 13,8) "Y dirá el hombre del E-lokím" ("vaióMer Ish haE-lokím"): pues por y para ello (Prov. 4,11) "te he guiado" ("hidrajtíja").
Y se postrará, y reverenciará "de bruces" ("leApáv" = 127), (Zac. 6,4) "hacia el ángel" ("El hamalAj"), a frente (Tehilim 24,7) "el rey del Honor" ("mélej hakavód").
Acaso un instante de estremecimiento, de numinosidad que abre las puertas a la teshuváh, de temor íntegro e inocente; "y descubrirá-abrirá Hashém los ojos de Bilám, y verá al ángel de Hashém parado en el camino y su espada empuñada en su mano, y se postró y reverenció de bruces" -nuestro verso entero, con valor 3497-, y desde ese mismo instante quedará sometido y atrapado hacia un proceso de puro bien incluso contra su propia voluntad (como le sucedió a Faraón, que endureció Hashém su corazón para elevar a Israel por su intermedio), [Bereshit-Gen. 5,29] "y llamará su nombre Nóaj (cómodo, amable) para decir: éste nos confortará (de la misma raíz que "nóaj") por nuestros actos y por la tristeza (obra de) nuestras manos, de la tierra que ha maldecido Hashém". Y como está dicho: todo es para el máximo bien al final, y si en tu conciencia y tus acciones se realiza esta sentencia, sólo bien y Jésed (piedad, amor) te perseguirán todos los días de tu vida, en éste mundo y en el mundo porvenir.


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