Ajarei mót, aliah de jueves, Hod en la semana. Vaikra-Lev. 18,5: "Y cuidaréis mis estatutos y mis leyes, que los hará el hombre y vivirá en-por ellos; yo, Hashém".
Pues no sólo del pan vivirá el hombre. Pues si no es por la vigencia de mi pacto día y noche, leyes de los cielos y la tierra no pondría, dijo Hashém. Que toda la creación, que se renueva-regenera a cada instante, en cada día siempre, y cuánto más Israel convocado a iluminar a la creación, no tienen vigencia sino por mérito del pacto que selló el Creador con sus creaturas: "Y cuidaréis mis estatutos y mis leyes, que los hará el hombre y vivirá en ellos; yo, Hashém" -nuestro verso entero, con valor 4286-. Porque conocerás al mal para que salgas de donde él, y desde que suspendas toda negociación con siervos de siervos acerca de tu vida (desde que te declares hombre libre), y suspendas tus manos de lo más Alto, se abrirá el proceso de redención, como está escrito: [Shemot-Ex. 9,33] "Y saldrá Moshéh de donde Faraón a la ciudad, y extenderá sus palmas hacia Hashém, y cesarán las voces y el granizo, y lluvia no fue vertida sobre la tierra".
Todo lo que hagas operará en el marco de leyes que no obedecen a tu arbitrio; un hombre sabio querrá tomar conocimiento de las leyes, y así cuidará de sí mismo, y no las transgredirá, por su propio bien. "Y cuidaréis mis estatutos y mis leyes, que los hará el hombre y vivirá en ellos" ("ushmartém Et jukotái veEt mishpatái Ashér ia'aséh Otám haAdám vajái bahém" = 4199), pues [Bereshit-Gen. 31,52] "testigo es el montículo éste y testiga la estatua, si yo no pasaré hacia tí este montículo, y si tú no pasarás hacia mí el montículo éste y la estatua ésta para mal", que no pases-transgredas y cometas pecados, para que vivas en alegría con cuanto te rodea; [Shemot-Ex. 23,9] "y al guér (prosélito, converso, noájida residente), no lo presiones; y vosotros conocéis el alma del guér, porque guerím (extranjeros residentes) fuisteis en la tierra de Mitsráim", y era necesario que pasarais por ello y tiene objeto, porque no podrás escabullirte de quien necesita tu ayuda diciendo que no sabías. De hecho, acaso la mayoría de las penurias y las experiencias rectificadoras que nos tocaron y nos tocan, y se hacen cada vez más grandes y profundas dentro nuestro, no son sino resultado natural de que [Jer. 22,21] "te hablé cuando estabas en tu placidez, y dijiste: no atenderé; éste es tu camino desde tu juventud, pues no atendiste a mi voz".
Pues todo lo que aparece a tus ojos como leyes de "la naturaleza" ("hatéva'" = 86), que no está en tus manos cambiarlas, son los estatutos-jukím y las mitsvót-preceptos que inscribió (Bereshit-Gen. 1,1) "E-lokím" en la creación, que "los hará el hombre y vivirá en-por ellos" ("ia'aséh Otám haAdám vajái bahém" = 947); y ahora que comprendiste que el daño que provoques a la naturaleza volverá en sus consecuencias sobre tí, así lo declaró David: [Tehilim 7,12] "E-lokím (es) juez tsadík-justo, y deidad furioso cada día"; y todo (Bereshit-Gen. 33,19) "quien plantó allí su tienda-morada" ("Ashér natáh shám Ohaló"), en la Toráh y las mitsvót-preceptos, advertirá todo cuanto Hashém (Is. 62,11) "hizo oir hacia-hasta el extremo de la tierra" ("hishmí'a El ktséh haArets"); y será todo (Devarim-Deut. 23,24) "lo que sale de tus labios" ("motsá sfatéja") (Daniel 9,3) "para pedir-implorar plegaria" (plegaria de súplica, o súplica por la aceptación de la plegaria; "levakésh tefiláh"); pues (Is. 14,24) "juró Hashém de los ejércitos" ("nishbá' Hashém tsebaO-t"): (Jer. 23,5) "y erigiré a David un brote (una planta que crece) tsadík" ("vehakimotí ledavíd tsémaj tsadík"), el redentor justo de su simiente. Y con ayuda de Hashém, no habré de callar (Bereshit-Gen. 24,33) "hasta haber dicho mis palabras" ("'ad Im dibárti dvarái"), hasta que toda cosa buena que alcance mi boca de cuanto dirá Hashém y será, esté revelada y disponible allí, ya en el campo u en las calles, alimentada por un amor que se realiza en todo quien la escuche, para hacerse.
Pues no sólo del pan vivirá el hombre. Pues si no es por la vigencia de mi pacto día y noche, leyes de los cielos y la tierra no pondría, dijo Hashém. Que toda la creación, que se renueva-regenera a cada instante, en cada día siempre, y cuánto más Israel convocado a iluminar a la creación, no tienen vigencia sino por mérito del pacto que selló el Creador con sus creaturas: "Y cuidaréis mis estatutos y mis leyes, que los hará el hombre y vivirá en ellos; yo, Hashém" -nuestro verso entero, con valor 4286-. Porque conocerás al mal para que salgas de donde él, y desde que suspendas toda negociación con siervos de siervos acerca de tu vida (desde que te declares hombre libre), y suspendas tus manos de lo más Alto, se abrirá el proceso de redención, como está escrito: [Shemot-Ex. 9,33] "Y saldrá Moshéh de donde Faraón a la ciudad, y extenderá sus palmas hacia Hashém, y cesarán las voces y el granizo, y lluvia no fue vertida sobre la tierra".
Todo lo que hagas operará en el marco de leyes que no obedecen a tu arbitrio; un hombre sabio querrá tomar conocimiento de las leyes, y así cuidará de sí mismo, y no las transgredirá, por su propio bien. "Y cuidaréis mis estatutos y mis leyes, que los hará el hombre y vivirá en ellos" ("ushmartém Et jukotái veEt mishpatái Ashér ia'aséh Otám haAdám vajái bahém" = 4199), pues [Bereshit-Gen. 31,52] "testigo es el montículo éste y testiga la estatua, si yo no pasaré hacia tí este montículo, y si tú no pasarás hacia mí el montículo éste y la estatua ésta para mal", que no pases-transgredas y cometas pecados, para que vivas en alegría con cuanto te rodea; [Shemot-Ex. 23,9] "y al guér (prosélito, converso, noájida residente), no lo presiones; y vosotros conocéis el alma del guér, porque guerím (extranjeros residentes) fuisteis en la tierra de Mitsráim", y era necesario que pasarais por ello y tiene objeto, porque no podrás escabullirte de quien necesita tu ayuda diciendo que no sabías. De hecho, acaso la mayoría de las penurias y las experiencias rectificadoras que nos tocaron y nos tocan, y se hacen cada vez más grandes y profundas dentro nuestro, no son sino resultado natural de que [Jer. 22,21] "te hablé cuando estabas en tu placidez, y dijiste: no atenderé; éste es tu camino desde tu juventud, pues no atendiste a mi voz".
Pues todo lo que aparece a tus ojos como leyes de "la naturaleza" ("hatéva'" = 86), que no está en tus manos cambiarlas, son los estatutos-jukím y las mitsvót-preceptos que inscribió (Bereshit-Gen. 1,1) "E-lokím" en la creación, que "los hará el hombre y vivirá en-por ellos" ("ia'aséh Otám haAdám vajái bahém" = 947); y ahora que comprendiste que el daño que provoques a la naturaleza volverá en sus consecuencias sobre tí, así lo declaró David: [Tehilim 7,12] "E-lokím (es) juez tsadík-justo, y deidad furioso cada día"; y todo (Bereshit-Gen. 33,19) "quien plantó allí su tienda-morada" ("Ashér natáh shám Ohaló"), en la Toráh y las mitsvót-preceptos, advertirá todo cuanto Hashém (Is. 62,11) "hizo oir hacia-hasta el extremo de la tierra" ("hishmí'a El ktséh haArets"); y será todo (Devarim-Deut. 23,24) "lo que sale de tus labios" ("motsá sfatéja") (Daniel 9,3) "para pedir-implorar plegaria" (plegaria de súplica, o súplica por la aceptación de la plegaria; "levakésh tefiláh"); pues (Is. 14,24) "juró Hashém de los ejércitos" ("nishbá' Hashém tsebaO-t"): (Jer. 23,5) "y erigiré a David un brote (una planta que crece) tsadík" ("vehakimotí ledavíd tsémaj tsadík"), el redentor justo de su simiente. Y con ayuda de Hashém, no habré de callar (Bereshit-Gen. 24,33) "hasta haber dicho mis palabras" ("'ad Im dibárti dvarái"), hasta que toda cosa buena que alcance mi boca de cuanto dirá Hashém y será, esté revelada y disponible allí, ya en el campo u en las calles, alimentada por un amor que se realiza en todo quien la escuche, para hacerse.
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