יום רביעי, 12 במאי 2021

día 44 del 'omer (valor de la palabra "dam" = sangre), Guevurah de Maljut

día 44 del 'omer (valor de la palabra "dam" = sangre), Guevurah de Maljut (seguimos trepando por la escala de valores detallada en Avot 6,6). En el mundo de la Acción, la Guevurah (el rigor y el vigor, el juicio) determinará y sostendrá una medida para todo. Ella cuidará de la perseverancia, de la capacidad de autoentrega, de la aptitud para recibir todo y aceptar lo que hay sin perder valentía ni visión. De la enmienda dispuesta para hoy germinará el deseo de agregar valor; recibir con el objeto de incidir; recibir para retener lo mínimo que necesito y hacer fluir sabiamente lo demás. De aquí crecerá la conciencia capaz de considerar necesario siempre menos de lo que hay.

Nuestra mishnah se refiere a este tikún en el contexto del estudio de la sagrada Torah, y lo define como la cualidad de quien "atiende y agrega"; como explica rav Kehati: "Escucha con atención las palabras de los demás, y les agrega de sí, para enriquecer la explicación necesaria; como está escrito (Mishlei -Proverbios- 9,9): Da al sabio y expandirá su conocimiento". Dale al bueno, y hará el Bien. Recibe con amor de su prójimo, y agrega valor y luz a todo, para acercarlo a la plenitud, para utilizarle en su objeto de incidir en cuanto le rodea con esmero. Feliz de su mecha encendida, enciende la de todo quien es hábil de recibir la luz y el fuego. Grato hacia lo Alto y enmienda hacia bajo. 
Una enmienda emocionante para el día de Guevurah de Maljut, llegando casi al monte Sinai para recibir lo más elevado que sea posible recibir.

Guevurah de Maljut: Trabajamos duro enmendando cualidades para llegar aquí, a Maljut - el Reinado, donde toda la preparación sagrada ha de fecundar la realidad, imponerse, darle forma. Hay que traducir las proporciones y medidas de lo que trabajamos hacia dentro, al mundo de lo real: condensar la Luz y aplicarnos a moldear con disciplina un tiempo nuevo. ¡Fuerza, Javerím!


Morelliana de regalo:
En este mundo, el perímetro de una circunferencia queda atrapado en el valor abismal de π, multiplicando al cuadrado del radio del área que delimita. No puede salirse de esos límites, y calculado u construido secuencialmente, nunca se lo podrá terminar. En este mundo, el proceso consiste en multiplicar por sí misma la longitud del radio, y entonces sumar: 3 veces el valor del producto, más una décima parte del mismo, más cuarentayuna milésimas, más quinientas noventa y dos millonésimas, más 653 milmillonésimas partes..., y así sucesivamente: sigues agregando para siempre, y nunca llegas a completar la obra. En este mundo. En otro, acaso, que se mueve en una dimensión más que las que conocemos, la circunferencia y su radio se moverán en tres dimensiones en vez de en dos, y entonces, por ejemplo, podremos "estirar" el radio al tiempo que lo curvamos en el espacio, hasta llegar a una situación en que el perímetro de la circunferencia sea igual -o aún menor- a su radio. O curvaremos la circunferencia de modo tal que quede casi por completo doblada en dos, y entonces dos puntos opuestos de la misma tendrían por puente -ésto es: por diámetro- una distancia infinitesimal.

En nuestro mundo, Pi comienza por las cifras 314, el valor numérico del nombre Shad-ai, que representa a la faz Divina que pone límite a todo en la creación; a nuestros efectos, Guevurah por excelencia, y más específicamente, Guevurah (rigor, disciplina, ley inquebrantable) de Maljut, la realidad en acción, la performance, el desafío inserto en el tiempo.


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