día 35 del 'omer, Maljut de Hod (ascendemos en el orden de Avót 6,6). Hay dos modos de ordenar el tikún de las cualidades-sefirót en el trabajo íntimo de la cuenta del 'omer. El primero, como acostumbramos nosotros, ir pasando de cualidad en cualidad por todas las sefirót que la componen: Jesed de Jesed, Guevurah de Jesed, y así sucesivamente. El otro modo consiste en tomar las sefirót internas y recorrerlas transversalmente al orden de las cualidades que intentamos enmendar: Jesed de Jesed, Jesed de Guevurah, etc. Ambos caminos son complementarios de modo maravilloso en su conjunto, y también específicamente en nuestra mishnah.
Para enmendar la Maljut (el Reinado, la "conexión a tierra") de Netsaj, debimos acercarnos a la cualidad de "quien no se atribuye mérito". Una semana después, hoy, avanzamos hacia la Maljut de Hod, poniendo en nuestro horizonte la actitud de quien "se aleja de los honores", clara expresión conductual del no atribuirse méritos a sí mismo. Explica rav Kehati, en el contexto de la mishnah: "Si los hombres quieren rendirle honores por su sabiduría de Torah, él se aleja de los honores, porque no para ello estudia, sino por amor a la Torah". Y el amor a la Torah, como hemos estudiado, es un caso específico del amor general al Creador.
Traslademos las palabras de rav Kehati al contexto del tikún que nos proponemos durante estos días del 'omer; y toda reflexión habrá de conducirnos a concluir que todo cuanto uno haga debe ser hecho "leshém shamaim", en nombre de la Verdad y con el objeto de acercar la gueUlah, y que no es actitud digna esperar salvación ni sustento de ninguna fuente que no sea El. Y sólo en ese camino, de quien no se atribuye méritos y ama cuanto sirve para rectificar, nos tornaremos capaces de renunciar a los honores vanidosos y banales de este mundo, que roban nuestro tiempo y alientan el mal instinto y nos distraen de cuanto está llamado a significar bendición verdadera.
Un buen momento para hurgar en nuestros corazones y descubrir qué hacemos verdaderamente por amor, y qué para recibir honor y admiración de parte de los demás; buen momento para reordenar las prioridades y endulzar los desvíos y errores, para ingresar con Shalóm a las últimas etapas en la preparación de la conciencia para recibir la Torah.
Maljut de Hod: Convertir por fin a la gratitud, el reconocimiento, la accesibilidad de la buena Luz para todos, en rasgo distintivo de la realidad sensible. Cada cualidad que ha concurrido a edificar nuestro Hod enciende de pronto luz y motor, y se suma a la preparación de la Novia perfecta hacia el palio nupcial en que culmine Maljút.
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