día 36 del 'omer, Jesed de Iesod (estudiamos el orden de Avot 6,6). Ingresamos a la semana sexta, "shishí" en hebreo, de la misma raíz que "sasón" que es la alegría que parte del entendimiento: alegrarnos no sólo por la innovación y la novedad, sino especialmente por lo que hay y nos es ya conocido. Es tiempo para terminar de ordenar lo necesario, antes de que salgamos a aplicar el tikún completo en la sefirah de Maljut, sobre la faz misma de la tierra.
¿Cómo actuará su Jesed interno para conducir a la enmienda del Iesod? Ayer, en la Maljut de Hod, logramos con ayuda de Hashém alejarnos de los honores. No es seguro que hayamos logrado hacerlo con el corazón completo; mas siendo que los pensamientos siguen a las acciones, es bueno que hayamos comenzado por retirarnos de la carrera de vanidades. Aún, uno de los apodos del Iesod es "Shalóm", y ese es nuestro desafío para toda la semana. Cuando tornemos realidad el tikún y nos aprestemos a recibir la Torah, la expresión activa y el pensamiento del corazón deben estar en shalóm entre ellos.
Nuestra mishnah nos propone ocuparnos hoy de adquirir la cualidad de quien "no se envanece en su corazón" ni por su estudio ni por sus actos. Y como explica rav Kehati: "Que ni siquiera en su corazón se envanezca por su mérito, sino que se tenga a sí mismo por el más pequeño de los meritorios", con humildad auténtica como la de Mosheh, y sin soberbia alguna. Extraer del corazón la tentación de envanecernos por nada. Un tikún que nos guardará de todo mal.
Jesed de Iesod: por fin, el morral cargado de virtud y mérito; suenan las voces del shofár; la Revelación apremia. ¿Es impulsado mi deseo por la piedad, por la voluntad de dar e impartir Bien? Un día entero para asegurarlo.
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