día 43 del 'omer, Jesed de Maljut (subimos, que es decir que somos atraídos, por la escala descripta en Pirkei Avot 6,6). La sefirah de Maljut se tiñe de tonos rojos de rigor y juicio por su propia naturaleza; desde ellos deberá purificarse en negro capaz de destacar blancos de Jesed, de luna llena, que la endulcen y la eleven a los cielos. Todos los "diním", rigores, de la Maljut, son aquéllos que nos hemos preparado ya por seis semanas para endulzar con nuestro andar amable sobre la tierra, con nuestro ser gratos al Creador y gratos a Sus creaturas. Cuando empuñamos todas las herramientas de trabajo adquiridas e ingresamos a la acción de Maljut, contamos con todo lo estudiado y enmendado hasta aquí, que nos habilita a incidir con aires de agrado y plenitud en todos los modos de comunicación e interacción con quienes nos rodean.
En Maljut (Reinado, nivel de concreción), el Jesed (espíritu altruista, amor, piedad) debe ser notorio y revelado en cada palabra y movimiento. Suavizar, aún con severidad si es necesario. Oponer resistencia donde hace falta, siempre con suavidad y dulzura.
No habrá de sorprendernos que nuestra mishnah nos proponga para hoy alcanzar la cualidad de quien "pregunta y responde"; tal como explica rav Kehati: "Que no discute u opone resistencia por terquedad, porque sí, sino que objeta para comprender la cuestión de que se trate, e incluso intenta hallar por sí mismo respuestas a sus objeciones". Que de ningún modo está dispuesto a demandar el esfuerzo del otro si no es imprescindible, y si lo hace es por el bien común, siempre con la enmienda del mundo en el horizonte de su mirada.
Dijimos ya que la Maljút está teñida de "diním", de rigores, que en nuestras manos está la posibilidad de convertirlos en fuerzas de Jesed, de amor altruista, de piedad. El desafío de hoy representa el comienzo de la recta final, del camino de acción concreta para atraer la Torah sagrada, transparente y luminosa, a nuestro mundo.
Jesed de Maljut: Saber recibir también requiere ser bueno, y la Majestad se apoya en la indulgencia. La Novia se alista a la Jupah que tendrá lugar en Shavuót, al pie del Monte Sinai, dentro de cada quien. Miramos con Piedad hacia lo Alto, como dando fuerza a Hashém, para que se "enamore" de nuestra entrega y nuestro amor, y atraiga hacia nosotros gueUlah.
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