יום שבת, 26 בספטמבר 2015

Vezót habrajáh, aliah de domingo, Jésed en la semana

Vezót habrajáh, aliah de domingo, Jésed en la semana. Devarim-Deut. 33,4: "Toráh ordenó a nosotros Moshéh, heredad de la congregación de Iaakóv".
Así, desde lo Alto se reveló a nosotros; pero en la tierra, "Toráh ordenó a nosotros Moshéh, heredad de la congregación de Iaakóv" ("toráh tsiváh lánu moshéh morasháh kehilát ia'akóv" = 2411), (Devarim-Deut. 9,10) "de acuerdo a todas las palabras que habló Hashém con vosotros, en la montaña, desde dentro del fuego, en el día de la convocatoria colectiva" ("kejól hadvarím Ashér dibér Hashém 'imajém bahár mitój haEsh beióm hakahál"). Y no es la Toráh algo que se pierda si se cayese el hombre de ella y errare, sino que [Is. 53,6] "todos como el ganado erramos, cada hombre a su camino nos dirigimos; y Hashém hizo golpear en él (en cada quien) el pecado de todos": que por todo es posible expiar de modo directo, medida por medida, compensando lo dañado y penando por lo que se ha hecho penar, si no por medio de la teshuváh completa que endulza el mal acto pasado, inclinando su significado retroactivamente hacia el bien, forzando la causalidad para hacer positivas sus consecuencias.
Es importante saber que "Toráh ordenó a nosotros Moshéh" ("toráh tsiváh lánu moshéh" = 1143), aún cuando fue en nombre de Hashém que eligió un pueblo para que le sea singular, (Bereshit-Gen. 5,2) "y les llamó hombre" ("vaikrá Et shmám Adám" - que les identificó con la idea, el paradigma, de hombre) porque aceptaron la Toráh (Shemot-Ex. 20,11) "que Hashém tu E-lokím Da a tí" ("Ashér Hashém E-lokéja notén láj"), a cada quien, en presente. Y no importa dónde cada quien se halla a sí mismo, cuánto se considera lejos y hasta qué punto el camino de retorno se ve a sus ojos imposible: se parará el hombre sobre la montaña de todo cuanto ha hecho en el mundo y de cuanto sabe, de todo lo que es valor en sus manos y de todo lo que arruinó, y con cuanto es se dirigirá al Creador, (Shemot-Ex. 24,4) "y construirá un altar bajo la montaña" ("vaíben mizbéaj tájat hahár"), (Devarim-Deut. 27,6) "y elevarás sobre él sacrificios íntegros -olót-" ("vehe'eléta 'aláv 'olót") de todo cuanto viene a tu mano, (Sam.1 3,5) "y dirá: heme aquí, pues me Llamaste" ("vaióMer hinéni ki karáTa lí"). 
Pues la Torah es vigente para todos los días del mundo, y es "heredad de la congregación de Iaakóv" ("morasháh kehilát ia'akóv" = 1268), que está invitada y se le ha ordenado realizar las palabras de la Toráh en el mundo, crear una conexión que autoriza a suplicar [Tehilim 80,4] "E-lokím devuélvenos, alumbra Tu rostro y seremos salvos" en nombre de todos los pueblos y atraer redención completa, que mudará aún retroactivamente los instrumentos del caos en instrumentos de enmienda, que de dentro de la guerra hará aparecer shalóm y de dentro de la pulsión de mal hará brillar divinidad. Y cuando oiga Hashém a su pueblo, que es piadoso para con todas las creaturas y pide que (Ez. 4,4) "cargues-efumines el pecado de ellos" ("tisá Et 'avonám"), cuando resulte claro que todos aquéllos en cuyas manos está depositada la Toráh cuidan el camino de Hashém de hacer tsedakáh y juicio justo, y todo el pueblo sea celoso de la verdad y solidario cada quien con su prójimo, (Reyes1 12,8) "y abandonará al consejo de los ancianos" ("vaia'azóv Et 'atsát hazkením") necios que le hicieron errar y se apegará plenamente a su E-lokím, entonces perdonará y disculpará y expiará el Creador, y revelará signo y portento y señal que no hay (Shemót-Ex. 30,38) "hombre que haga como ella" ("Ish Ashér ia'aséh kamóha"); y sacará a sus amadores de toda estrechez y de toda aflicción, y el desierto -todo desierto- se enmendará, para cumplir por fin su promesa: (Ez. 17,24) "Y haré florecer el árbol seco, Yo Hashém" ("vehifrájti 'ets iavésh Aní Hashém").



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