יום שישי, 25 בספטמבר 2015

HaAzínu: palabras de profecía en la Haftaráh

HaAzínu: palabras de profecía en la Haftaráh. Sam.2 22,50: "Por tanto, te agradeceré Hashém en los pueblos, y a tu nombre cantaré".
Cuando yo reflexiono acerca de mi mundo, de mi vida, desde una clave de pensamiento recto, no puedo no descubrir cuántos milagros revelados me ocurren cada día, cuán grande es la misericordia que endulza las consecuencias de mis desvíos, cuán próximo está a mí el Creador, en su supervisión detallada sobre cada instante de mí. Así, comprendo también que todo ésto no puede tener por objeto sino que enmiende y rectifique cuanto está en mis posibilidades y a mi alcance; tal como advino "la salida de mitsráim" ("ietsiAt mitsráim" = 891) no por un mérito existente, sino para que lleguemos a pararnos a los pies del monte Sinái, y digamos "haremos, y comprenderemos" ("na'aséh venishmá'"), desde un rango espiritual que nos asemeja a los ángeles de servicio en lo Alto. Desde ese tikún-enmienda, se abrió para nosotros un tikún nuevo, grande y maravilloso, en presente: "por tanto, te agradeceré Hashém en los pueblos, y a tu nombre cantaré" -nuestro verso completo, con valor 932-, y daré a conocer que (Tehilim 86,7) "te llamaré pues me responderás" ("EkraAjá ki ta'anéni"): me presentaré a decir haremos-y-comprenderemos no para recibir retribución o premio, puesto que ya de antemano me sacaste de Mitsráim, sino que en pureza diré y tomaré para mí la Toráh de corazón completo. Pues tú me respondes, te conectas a mí, me alimentas y me sanas, y por tanto yo te llamaré, yo elevaré mi plegaria a Hashém, y toda mi plegaria expresa gratitud por cuanto hay-es, y se eleva a modo de pensamiento que me habrá de conducir hacia los caminos del E-lokím: [Tehilim 119,2] "Bendito Tú Hashém, enséñame tus leyes", pues una conciencia rectificada verá toda la realidad concectada a su raíz de bien, y el máximo bien quedará expuesto a los ojos del alma. Y el pensamiento del hombre es el alma de cuanto dirá (Reyes2 13,12) "y todo lo que ha hecho" ("vejól Ashér 'asáh"), y se verá claramente en todos sus caminos (Shemot-Ex. 20,17) "que allí (está) el E-lokím" ("Ashér shám haE-lokím"), dentro de sí, en su intimidad, en el presente. (Sam.1 23,23) "Y fui-iré con vosotros" ("vehalájti Itjém"), con todos los hombres y los pueblos que inclinen oído, (Os. 3,5) "y pedirán-requerirán a Hashém su E-lokím" ("uvikshú Et Hashém E-lokeihém") reconociendo con el corazón roto que (Lam. 3,42) "nosotros delinquimos y amargamos" ("nájnu pashá'nu umarínu"), (Sam.1 1,19) "y reverenciarán ante Hashém" ("vaishtajavú lifnéi Hashém"). Entonces (Shemot-Ex. 9,5) "hará Hashém la cosa ésta en la tierra" ("ia'aséh Hashém hadavár hazéh baArets"), (Prov. 23,18) "y tu esperanza" ("vetikvatjá") no se devolverá vacía. Pues el haber sido valiente para agradecer a Hashém en los pueblos, y que lo hiciste a modo de canto, que te embelleciste y coronaste la palabra de Hashém con toda su belleza proclamando (Jer. 46,14) "decid en Mitsráim y haced oir en Migdól" ("haguído bemitsráim vehashmí'u bemigdól"), y participad a todo quien está ansioso de oir, que es tiempo de (Eze. 15,3) "hacer para la labor" ("la'asót lamlaJáh") cada quien con sus herramientas (Crón.2 29,26) "y los sacerdotes con las trompetas" ("vehacohaním bajatsotsrót"); que con alegría saliste a hacer bien por amor al bien, eso abrirá puertas de redención, y verás maravillas en tu mundo. Bendito (Tehilim 59,17) "tu jésed-piedad, pues fuiste baluarte para mí" ("jasdejá ki haíta misgáv lí"). 
"Y a tu nombre cantaré" ("ulehsimjá Azamér" = 644), con el alma pura, para ser el hombre que [Devarim-Deut. 32,12] "Hashém solo le conducirá, y no hay con él dedidad extraña". (Jer. 40,10) "Heme sentado en la atalaya" ("hinení ioshév bamitspéh"), (Shemot-Ex. 38,8) "a la puerta del templo" ("pétaj Ohel mo'éd"). (Shemot-Ex. 32,30) "Y ahora, subiré hacia Hashém" ("ve'atáh E'eléh El Hashém"), que (Ioel 2,13) "es largo de furias (que demora mucho en enfurecerse) y abundante en piedad" ("hú Erej Apáim veráv jésed"), alimenta y sustenta (Shemot-Ex. 34,15) "al poblador de la tierra" ("leioshév haArets") cada día siempre; y elevaré plegaria por redención.



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