día 33 del 'omer, Hod de Hod (seguimos el orden de Avot 6,6). "Lag ba'omer", el punto de inflexión en nuestro camino de Mitsráim hasta el monte Sinai. Para agradecer hacia lo Alto, y también para despertar ecos (eco es en hebreo "hed", de la raíz de "hod") de enmienda y redención en nuestro mundo, es necesaria una cualidad de Hod interna corregida y funcional. Nuestros sabios comprendieron que para lograrlo, todos necesitamos ayuda, necesitamos un espejo; tal como el "jen", la gracia de uno, sólo se descubre en la mirada del otro, del mismo modo es posible descubrir los componentes de nuestra actitud y conducta que requieren corrección, sólo a partir de nuestra interacción con el mundo que nos rodea.
Por consiguiente, establecieron nuestros sabios un desafío importante para lag ba'omer, para hoy: no es la danza ni el fuego de las hogueras, ni siquiera la música o el arco y flecha, ni la alegría traviesa. La cualidad que debemos tender a conseguir hoy es la de quien "ama la reprensión", la observación de otro sobre su comportamiento, el rezongo ajeno ante sus cualidades imperfectas, y las recibe con alegría pues le ayudan a corregirse. Medita, sopesa, reconoce (de "hod") lo que debe, y se esfuerza en rectificar lo torcido para que su impronta divina luzca plena, luminosa, libre de manchas y defectos.
De este modo, avanzamos un paso enorme hacia tornarnos hábiles de recibir la Torah y ser redimidos. En un guiño sorprendente, salta a nuestros ojos el valor numérico de la frase "Haióm shlosháh ushloshím iom" -"Hoy son tres y treinta días"- (como dijimos al contar el 'omer esta noche): 1450; igual al de la famosa frase "Iejí Adoneinu Moreinu veRabeinu Melej Hamashíaj le'olám va'ed" (Viva nuestro Señor, nuestro Maestro, nuestro Guía, el Rey Mashíaj, por todo el tiempo del mundo y todo tiempo que haya testigo), que por encima de grupos o corrientes, expresa nuestro anhelo por recibir al Mashíaj ben-David, que se revele ante nosotros para completar la redención muy pronto, en estos días, Amén.
Hod de Hod: Conquistar nuestro espacio todo por pura sublimación de lo bueno, por rescatarlo y convertirlo a un formato hábil para incidir en la realidad. Ordenar el aparente caos de la peripecia vital en forma de una narración que nos enseñe a continuar con belleza y gracia la apasionada gestión de gueUlah, de Redención expresa, de Verdad superior grabada en la tierra.
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