יום שישי, 16 באוקטובר 2015

Nóaj, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana

Nóaj, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana. Bereshit-Gen. 11,8: "Y los dispersará Hashém desde allí sobre las faces de toda la tierra, y dejarán de construir la ciudad".
La raíz del mal se quedó en el mundo, tal parece que para preservar el libre albedrío del hombre, y desde él, para generar mérito por la victoria proactiva del instinto de bien sobre el instinto de mal, e incluso para alentar a la herramienta sublime llamada teshuváh, que modifica incluso retroactivamente el sentido de lo hecho, y da vuelta la concatenación de causas y consecuencias hasta convertir sus resultados en opuestos a los previstos. Así, el mundo estaba unido, toda la humanidad vivían en vecindad en una única región del mundo y hablaban un único idioma; y bajo el báculo de (Crón.1 1,10) "Nimród" = 300, que se identifica con el (Bereshit-Gen. 6,5) "iétser"-instinto en oposición al (Bereshit-Gen. 41,38) "espíritu de E-lokím" ("rúaj E-lokím"), se levantaron a rebelarse contra el Creador, proponiéndose conquistar la tierra de su dominio. Generación terca y estúpida, que volvieron a creer que el control de las fuerzas de "la naturaleza" ("hatéva'" = 86 = "E-lokím") se hallaba en sus manos, y que era posible (¡oh, necios!) desconectar a la creación de su Creador y llevar a cabo el más magno de todos los robos con vigencia perpetua.
Y Hashém vio, y bloqueó lo que se proponían, por vía de separarlos tanto en la lengua -de modo que dejaron de comprenderse todos a todos y pasaron a consensuar lenguajes distintos entre grupos específicos-, como en la proximidad, puesto que los dispersó a lo largo y ancho de la tierra: "y los dispersará Hashém desde allí sobre las faces de toda la tierra" ("vaiáfets Hashém Otám mishám 'al pnéi kol haArets" = 1619), a modo de lo que ocurrió antes cuando aniquiló Hashém a todo lo que vivía sobre la tierra [Bereshit-Gen. 7,24] "y se fortalecieron las aguas sobre la tierra, cincuenta y cien días". Y no comprendieron que ellos mismos convocaron y activaron el juicio riguroso sobre sí mismos, como enseño Shlomóh-Salomón para todo pueblo y hombre para todos los días del mundo: [Prov. 19,3] "la locura del hombre pervertirá su camino, y sobre Hashém se enfurecerá su corazón". Como dice Rash"i allí: por causa de su delito le sobrevendrá el mal, pues en su locura pervertirá-desviará su camino, y cometerá profanaciones, y les serán cobradas-penadas (en juicio justo de acuerdo a la ley, en simetría perfecta con su acción), y cuando cae sobre él la desgracia, se llena de ira en su corazón contra Hashém (como si fuera que arbitrariamente le sucede lo que le sucede) y reniega del juicio, como sucedió con los hermanos de Ioséf (tras que le habían vendido como esclavo) que clamaron (en Bereshit-Gen. 42): ¿qué es lo que E-lokím nos ha hecho? -hasta aquí sus palabras sagradas. Y ellos son los que determinan la acción de Hashém, pues El dijo y será, y su juicio rige para siempre, (Ez. 36,23) "y consagraré Mi gran nombre" ("vekidashtí Et shmí hagadól") en términos de que el juicio justo regirá sobre la creación en los términos en que la humanidad toda fue instruida y advertida en Su Toráh. 
Y como consecuencia de ello, lo que se propusieron no triunfó, sino que "y dejarán de construir la ciudad" ("vaiajdelú livnót ha'ír" = 831), (Bereshit-Gen. 50,3) "y lo llorarán Mitsráim" ("vaivkú Otó mitsráim"), el arquetipo de Mitsráim que desciende de Jam-Cam (hijo de Nóaj) como Nimród, cuyos descendientes también pretendieron rebelarse ante el Creador, y frente a ellos se activa en cada generación el paradigma de (Shemot-Ex. 9,23) "y alzará Moshéh su cayado" ("vaiét moshéh Et matéhu") para activar la ley rigurosa como diciendo (Reyes2 10,16) "y vé mi celo para Hashém" ("urEh bekinAtí laHashém") que (Is. 51,13) "estira los cielos y fundamenta la tierra" ("notéh shamáim veioséd Arets"), (Tehilim 66,9) "el que pone nuestras almas" ("hasám nafshénu") en nuestros cuerpos (Bereshit-Gen. 8,8) "y enviará a la paloma" ("vaishláj Et haionáh") que es el alma enviada a pasar pruebas en el mundo denso para corregirse y enmendarse y purificarse de todo el mal en que incurrió (Prov. 4,14) "en el camino de los malvados" ("beOraj resha'ím"), hasta que rectifique su forma en la verdad de la Toráh que (Tehilim 19,9) "alumbra los ojos" ("meIrát 'eináim"), (Prov. 12,18) "y la lengua de los sabios es cura-sanación" ("uleshón jajamím marpé").


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