יום שלישי, 6 באוקטובר 2015

Bereshít, aliah de jueves, Hod en la semana

Bereshít, aliah de jueves, Hod en la semana. Bereshit-Gen. 4,19: "Y tomó para sí Lémej dos mujeres: el nombre de la una Adáh, y el nombre de la segunda, Tsiláh".
Ve que has sido advertido: si la mente no gobierna al corazón, entonces sucederá que los ojos verán y el corazón ambicionará, y con la fuerza de sus instintos sojuzgará a la mente para que ésta justifique sus anhelos. Rey (en hebreo "mélej", mem-lamed-kaf) se construye con las iniciales de mente-corazón-hígado ("móaj-lev-kabéd"), de acuerdo al orden en que se concatena una autoridad rectificada. Lémej, por su parte, con las mismas letras de "mélej" en orden alterado, representa una situación en que el corazón reina, y todo el resto del sistema se somete a sus deseos ardientes.
Así sucedió a la generación que mereció el diluvio: "tomó para sí Lémej dos mujeres: el nombre de la una Adáh, y el nombre de la segunda, Tsiláh" -el verso completo con valor 3429-. Explican nuestros sabios que se acostumbraba en dicha generación tomar dos esposas: una para cumplir con el mandato de la reproducción, y la segunda exclusivamente para placer. La primera, sometida al cuidado de su nido, desatendida en general por el marido; la segunda, mimada y engalanada con todo lo bueno, debía beber un brebaje que le impedía concebir. Lo que el pensamiento recto no tolera, se convertirá en normal y aceptado bajo el imperio del corazón incircunciso: [Shemot-Ex. 9,7] "Y envió Paróh-Faraón y he aquí que no murió del ganado de Israel ni un sólo ejemplar (cuando de los egipcios la mortandad había sido casi total); y se endureció el corazón de Paróh, y no envió-liberó al pueblo". No es admisible la hipótesis de que él no comprende que está siendo castigado con duros golpes cuya solución está en sus manos, con que sólo se decida a liberar a Israel; y aún así, su corazón duro le hace perder todo su reino por porfía, hasta el punto en que [Jer. 30,23] "he aquí la tempestad de Hashém, la furia salió, la tormenta se ensaña; sobre la cabeza de los malvados regirá", y en el extremo de su malhacer serán privados incluso del libre albedrío, pues perdidos están ya de tanto mal, y serán considerados muertos, aún cuando estén vivos. Y hay muertos que no saben que están muertos.
Entonces, "Y tomó para sí Lémej dos mujeres" ("vaikáj ló lémej shtéi nashím" = 1360, y eligió la doble moral por consejo de su corazón envilecido, y en este acto se perderá a sí mismo por mandato de lo Alto, como le dirá Hashém a Moshéh (Shemot-Ex. 10,1) "ven a Paróh, porque yo endurecí su corazón" ("bó El par'óh ki Aní hijbádti Et libó"). Y si sólo hubiera coronado sobre sí a la mente recta, se habría cumplido en él de modo completo que (Devarim-Deut. 28,4) "bendito el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra" ("barúj prí bitnejá ufrí Admatéja"), y su casa habría sido sagrada hasta que (Crón.2 6,11) "y pondré allí el Tabernáculo" ("vaAsím shám Et haArón"), porque la finalidad del hombre es que vaya por camino recto y entonces (Crón.2 32,12) "ante altar uno os posternaréis" ("lifnéi mizbéaj Ejád tishtajavú") al momento de producir la redención.
Tenía "dos mujeres" ("shtéi nashím" = 1110), una situación que siempre trae desentendidos, discordia, penuria, porque ambas son dignas del mismo rol que incluye todo, y él separará una parte de otra, y las usará desde una moral corrupta: una para tener hijos, y una para el propio deleite. Así Ioséf acusará a sus hermanos de ser espías, y ellos argumentarán [Bereshit-Gen. 42,10] "y dirán a él: No mi señor, y tus siervos vinieron a procurar comida", y toda esa peripecia será un juego de simetrías perfectas: con el mismo valor numérico él exigirá (Bereshit-Gen. 42,20) "y a vuestro hermano pequeño traeréis a mí" ("veEt Ajijém hakatón tavíU Elái") y luego les hará la trampa de su copa escondida en el equipaje de Biniamín y sentenciará a (Bereshit-Gen. 44,17) "el hombre que hallemos la copa en su mano" ("haIsh Ashér nimtsá hagaví'a beiadó"). Todo un camino de pruebas pasará sobre Lémej, como pasará sobre los hermanos de Ioséf, por causa de un instante crítico de determinación errada (Jos. 22,25) "por no temer a Hashém" ("lebiltí ieró Et Hashém"). Y si no contemplas rectamente la vida para aprender a caminarla por los caminos de Hashém, haciendo justicia en tus dominios, (Jue. 16,15) "¿cómo dirás: te amo?" ("Eij toMár ahavtíj").  
Y he aquí sus dos mujeres: "el nombre de la una 'Adáh" ("shem haAját 'adáh" = 883), es la elegida para la reproducción, la sometida y consagrada a la mitsváh, y vive una vida de pena y esfuerzo duro, y acerca de sus hijos se dirá (Bereshit-Gen. 46,32) "y los hombres son pastores de ovejas" ("vehaAnashím ro'éi tsóN") como Iaakóv y como Moshéh y como David los justos sagrados dignos de realeza, dignos todos de que se cumpla en ellos la promesa (Sam.2 8,14) "y salvará Hashém a David" ("vaioshá' Hashém Et david"), (Reyes1 17,24) "porque hombre de E-lokím (eres) tú" ("ki Ish E-lokím Atáh"). Adáh trae su testimonio ante Hashém, y tal como hará Janáh en su momento, exige (Lam. 3,59) "juzga mi juicio" ("shaftáh mishpatí") porque se ha hecho conmigo injusticia. "Y el nombre de la segunda, Tsiláh" ("veshém hashenít tsiláh" = 1236) que ha sido desposada con el objeto de puro deleite físico; y no son los pensamientos de Hashém como los pensamientos del hombre, (Vaikra-Lev. 26,4) "y el árbol del campo dará su fruto" ("ve'éts hasadéh itén pirió") aún si el hombre no lo mereciera, en cuyo caso el fruto se pudrirá o será robado, y así también Tsiláh concebirá y parirá, mas serán los suyos hijos malvados; y Lémej endurecerá su corazón, que es decir que cegará la sensatez de su conciencia, con tal de no revisar en sus propias acciones y comprender, y en vez de ello verá neciamente como si (Devarim-Deut. 1,27) "por el odio de Hashém a nosotros" ("besinAt Hashém Otánu") vienen a abatirnos todos estos males.
Pues en nuestro relato, sólo la entronización del corazón vil que todo apetece para sí, que sólo quiere tomar y recibir, que es avaro, que deja la moral de los buenos al reino de la palabra y en la acción se niega a hacer bien y dar de sí, provoca la perdición de Lémej. En tanto "Tsiláh" = 125 más "'adáh" = 79 resultan en el 204 del (Bereshit-Gen. 6,9) "justo" ("tsadík") sagrado, en que (Bereshit-Gen. 39,23) "Hashém pone el éxito" ("Hashém matslíaj"), en que (Is. 42,21) "Hashém desea" ("Hashém jaféts") el bien para sus creaturas. Si ya tomó dos esposas, si ya tiene riqueza en su hogar, tiene la oportunidad de alcanzar bendición doble. Y en vez de ello él separa: toma para sí la delicia, el fruto más apetitoso, el pan sagrado para comerlo sin sacralidad, y desprecia el recto proceder de la mitsváh.
Sea Su voluntad, y la nuestra, que en oportunidad de celebrar nuestra alegría de Toráh, tengamos la sabiduría y el sentido común necesarios para poner al pensamiento recto a gobernar y domar a nuestro corazón pesado (al corazón que deja pasar las oportunidades de bien), y nos levantemos caminar los senderos de tsedakáh -caridad que es justicia- y juicio justo que la Toráh propone, en los hechos; para que abunde el Shalóm sobre la tierra.




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