יום שני, 13 ביולי 2015

Matót, aliah del martes, tifEret en la semana

Matót, aliah del martes, tifEret en la semana. Bamidbar-Num. 31,21: "Y dijo Elazár el Cohén a los hombres del ejército, que vienen de (hacia) la guerra: Este es el estatuto de la Torah, que Ordenó Hashém a Mosheh".
Los hombres del ejército, de todas las tribus, retornan al campamento tras la batalla, y traen con ellos gravoso botín. Volver a casa desde el campo de batalla es como saltar de uno a otro mundo, y todos los "hombres del ejército" ("Anshéi hatsavá" = 459) deben recordar que tras la ocasión de la victoria hay que presentarse (Jueces 4,5) "a juicio" ("lamishpát") del que depende el shalóm; pues la sensación de (Samuel1 11,7) "y cayó el temor de Hashém sobre el pueblo" ("vaipól pajad Hashém 'al ha'ám" = 459) ante su presencia vigorosa, puede arriesgarlos a caer en soberbia, en sed de guerra también cuando no es necesario, por sed de eternizar el aplauso y el honor; hasta el punto en que cuando vuelven a casa, no vienen *de* la guerra sino que son "los que vienen *a* la guerra" ("habaIm lamiljamáh" = 211), y (Crón.1 23,5) "alaban a Hashém" ("mehalelím Et Hashém") (Prov. 24,17) "ante la caída de Tus enemigos" ("binpól Oivéja"), la caída de los enemigos de Hashém que son por naturaleza enemigos de Israel, enemigos de la enmienda que tiene por misión Israel representar para el mundo. Y sería no bueno si también después de la victoria, siguen los hombres de guerra sedientos de batalla. 
Elazár el Cohen se dirige "a los hombres del ejército, que vienen de (hacia) la guerra" ("El Anshéi hatsavah habaIm lamiljamah" = 701), para revisar en ellos dos extremos: (Shemot-Ex. 17,7) "si hay Hashém (revelado) entre nosotros" ("haiésh Hashém bekirbénu"), o si por el contrario dirán (Devarím-Deut. 32,27) "y no Hashém hizo todo ésto" ("veló Hashém pa'ál kol zót"), salvos seamos de ello.
Y en su enseñanza, atraerá a los "hombres del ejército que vienen de la guerra" ("Anshéi hatsavá habaIm lamiljamah" = 670) hasta el nivel de fe cierta en que se pronuncien diciendo (Bereshit-Gen. 33,11): "Porque me agració E-lokím, y porque tengo todo". Porque del lado del rigor (sobre el que reina el nombre E-lokím) recibí gracia, y nada me falta para mí.
Elazár les enseña el estatuto de "la Torah que Ordenó Hashém a Mosheh" ("hatorah Ashér tsiváh Hashém Et moshéh" = 1990), que apunta a dos fundamentos enormes que ellos deberán grabar en sus corazones para todas las generaciones de los guerreros de Israel: ante todo, la fuerza y destreza para la batalla proviene de Hashém, y por consiguiente declarará siempre la milicia fiel: (Tehilim 139,21) "A quienes te odian Hashém odiaré, y contra quienes se rebelan contra Tí reñiré" ("haló mesanEja Hashém Esná, ubitkomeméja Etkotát"), y entonces: (Tehilim 85,11) "piedad y verdad se encuentran, justicia y shalóm se besan" ("Jesed veEmét nifgáshu; tsédek veshalóm nasháku"). 
Provisto que la piedad y la verdad se encuentran, se asocian, la justicia y la paz se besan, se hacen uno, hablan por la misma boca. "Piedad y verdad" ("jésed veEmét" = 519) son "novio y novia" ("jatán vekaláh"), en camino hacia "justicia y shalóm" ("tsédek veshalóm" = 576), al modo del tikún-enmienda global que nos enseñó el Baal Shem Tov: hajnaáh-asunción-sumisión en términos de "apártate del mal" ("sur merá'"), havdaláh-distinción-discriminación en términos de que "está sedienta mi alma" ("tsamAh nafshí") porque dejé de saciarla con lo torcido, y desde la "riqueza" ("'ósher") verdadero y completo de arriba y de abajo, la hamtakáh-endulzamiento de todo: (Shemot-Ex. 15,14) "atenderán los pueblos" ("sham'ú 'amím", que se puede leer también como "atended"), y aprehenderán el ejemplo, y se unirán todos para rectificar el mundo con amor.

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