יום רביעי, 1 ביולי 2015

Balák, aliah de jueves, Hod en la semana

Balák, aliah de jueves, Hod en la semana. Bamidbar-Num. 23,19: "No hombre es E-l y decepcionará, e hijo de hombre y se conformará; ¿acaso El dijo y no hará, habló y no cumplirá (lo que habló)?"
Bilám, desdichado, sólo pretende maldecir, y no logra sino dar bendición. Como en el clásico cuento infantil israelí del osezno "no-no" ("hadubón lóló"), en que justo cuando más necesidad tiene de asentir a toda oferta de auxilio, el dictamen traidor del hábito hace que sólo la negativa salga de su boca, así Bilám se para atónito frente a las palabras que en su propia voz arruinan y devastan sus sueños y pretensiones de riqueza y honor. Mas sus palabras no son claras; aún cuando su veneno ha sido anulado desde lo Alto, aún se refleja su concepción del mundo y de la vida en lo que dice.
La divinidad no es hombre ni hijo de hombre, y por tanto, no decepcionará a quien cree en su palabra, y tampoco mudará de idea a la hora de dar cumplimiento a veredicto y sentencia. Fue lejos Bilám en las conclusiones que sacó, acaso para salvar su propio honor pese a todo. Así argumenta enérgicamente que no hay cómo anular la posición del pueblo de Israel ante el Creador, o desde otro punto de vista, que no ha en sus manos cómo modificar ninguna sentencia de lo Alto. Y eso es terrible. Desde la necesidad de disculparse frente a Balák por su fracaso, él desdeña la fuerza de la teshuváh, la fuerza de la plegaria, el fundamento que establece (al decir del rey Jizkiáhu a Ishaaiáhu-Isaías, citado en la guemará Brajót 10a): aún si una espada filosa está apoyada sobre el cuello del hombre, no se abstraiga a sí mismo de la misericordia divina -hasta aquí sus palabras; y no desespere en absoluto de cuanto en sus manos está reparar y enmendar. Y se levantará la Toráh a dar testimonio contra los argumento de Bilám, diciendo: (Shemot-Ex. 32,14) "Y desistió Hashém acerca del mal" ("vainajém Hashém 'al hara'áh" = 520)  puesto que por justicia habrá (Bamidbar-Num. 18,31) "retribución" ("sajár") también a la teshuváh (arrepentimiento proactivo), a la expiación, a la enmienda y reparación, a las mitsvót, al caminar con corazón íntegro e inocente ante Hashém; e incluso de uno a otro extremo se modificarán las sentencias que pesan sobre el mundo, a la hora de endulzar el rigor divino por obra de la piedad de los hombres.
La Toráh profundiza aún más en la confrontación de la herejía en tanto visión solipsista y estrecha, con la verdad sencilla, límpida, transparente; y lo hará por medio de una trampa numérica impresionante: "no hombre es E-l y decepcionará, e hijo de hombre y se conformará; ¿acaso El dijo y no hará, habló y no cumplirá (lo que habló)?" -nuestro verso entero, con valor 2179-, y frente a sus palabras, el testimonio claro: [Shemot-Ex. 32,14] "Y desistió Hashém del mal que dijo (se propuso) hacer a su pueblo". Según parece, no sólo el hombre podrá mudar de idea y desistir, sino que también el Creador endulzará su sentencia en respuesta a la teshuváh, al tikún-enmienda, a la kaparáh-expiación (y así, también, en el sentido opuesto). Y la llave, el fiel de la balanza, está en manos del hombre como siempre: (Devarim-Deut. 15,11) "abrir abrirás tu mano a tu hermano, a tu pobre, a tu menesteroso" ("patóaj tiftáj Et iadjá leAjíja le'aniéja uleEvionjá"). Esto es: si tú eres la respuesta necesaria para tu hermano en desgracia o estrechez, para los necesitados de tu ciudad y para los que experimentan menester en derredor, también para tí habrá de lo Alto respuesta de igual índole cuando comprendas que también tú eres pobre y menesteroso, que en realidad siempre comiste gratis, sin importar qué te parece que has invertido y sacrificado para obtener tu sustento. La acción recta enmienda el pensamiento, y la buena intención se constituye en piedra fundamental de la redención. Sólo reconoce la verdad, piénsate desde ella, y te salvarás del destino de los malvados. Y cuando triunfes, agradece por ello de corazón completo, y sólo desde el corazón íntegro y leal serás merecedor de distenderte, de soltar las pretensiones de control, de entregar el mando; porque la Toráh, la conexión buena, latirá en lo más íntimo de tu naturaleza.



אין תגובות:

הוסף רשומת תגובה