יום שלישי, 21 ביולי 2015

Devarim, aliah del jueves, Hod en la semana

Devarim, aliah del jueves, Hod en la semana. Devarim-Deut. 2,16: "Y fue-será cuando terminaron todos los hombres de guerra de morir de dentro del pueblo" (la palabra "támu", que tradujimos por "terminaron", puede indicar también que arribaron a la condición de "tám", íntegro, inocente o ingenuo, como el tercer hijo en la hagadah de Pésaj).
La lectura literal de nuestro verso refiere claramente a todos los hombres de veinte o más años al momento de salir de Mitsráim, que murieron a lo largo de los años en el desierto. Mas la Toráh es eterna, y a cada generación del mundo le habla. "Todos los hombres de guerra" ("kol Anshéi hamiljamáh" = 539) alude a (Bamidbar-Num. 13,8) "Hoshé'a bin-Nun" (que es Iehoshúa-Josué), sucesor de Moshéh, y así, conductor y alma incluyente de Israel en tiempos de la primera conquista. Hoy, como entonces, el pueblo de Israel se halla en una larga guerra para conquistar el derecho a asentarse en su tierra de modo seguro: intentaremos desbrozar de qué modo las palabras de nuestro verso se conectan con nuestra realidad, tanto en la demanda de resolución piadosa de lo Alto, como en las batallas que libramos a flor de piel.
"Y fue-será cuando támu todos los hombres de guerra" ("vaiehí kaAshér támu kol Anshéi hamiljamáh" = 1537), cuando se volvieron una unidad única, íntegra ("tamáh", de la raíz de "támu") e inocente que sale a librar una guerra justa en nombre del pueblo todo, que se constituye en recipiente de luz pura e intensa cuya mera sustancia excluye toda posibilidad de tiniebla, (Ovad. 1,18) "y será la casa de Iaakóv fuego y la casa de Ioséf flama" ("vehaiáh beit ia'akóv Esh ubéit ioséf lehaváh"), y se encenderán fuerzas superiores en manos de Israel para destruir a todos sus enemigos sin sufrir daño. La llave está clara y es precisa; y si -no lo quiera Hashém- no prestásemos atención a lo que el momento mismo grita, pende sobre nosotros la amenaza de Irmiáhu-Jeremías (Lam. 1,13): "me devolvió atrás, me entregó devastada" ("heshiváni Ajór, netanáni shomemáh"). Eso ya lo hemos vivido, por nuestros desvíos; es tiempo de enmendar el futuro en unidad plena.
Entonces, si de verdad "terminaron-cesaron todos los hombres de guerra de morir", o si -como prefiere nuestro estudio- se volvieron todos los hombres de guerra una unidad inocente y compacta en sus corazones, y desde el espíritu solidario dejaron de herir y ser heridos, entonces dejar de "morir" ("lamút" = 476) será haber dejado de estar el (Bereshit-Gen. 13,11) "hombre por encima de su hermano" ("Ish me'ál Ajív"). Es claro hasta que rompe los ojos. Y entonces, "terminaron todos los hombres de guerra de morir" ("támu kol Anshéi hamiljamáh lamút" = 1461), y (Reyes1 22,17) "retornarán cada hombre a su hogar con shalóm" ("iashúvu Ish lebeitó beshalóm"), (Sam.2 18,19) "y anunciaré al rey que le ha juzgado Hashém" ("vaAbasráh Et hamélej ki shfató Hashém"), que también el rey está sometido a la ley y la justicia divina, y para ejemplo a seguir por todas las naciones, habrá por fin justicia en Israel.
Y cuando se unan en unidad íntegra, inocente, portentosa, todos los hombres de guerra (que somos todos, puesto que aún la retaguardia más lejana, donde se halle en el mundo, está involucrada en la guerra), habrán superado el "morir de dentro del pueblo" ("lamút mekerev ha'ám" = 933) pues habrán labrado en sus corazones y sus bocas que (Crónicas1 19,13) "fuerza, y tomemos coraje, por nuestro pueblo" ("jazák venitjazkáh be'ad 'aménu"), por todo quien con nosotros ("'aménu", nuestro pueblo, puede ser leído "'imánu", con nosotros), y todo soldado vuelve sus ojos a lo Alto antes y después de cada milagro revelado para decir que (Tehilim 34,2) "Su alabanza está en mi boca" ("tehilató befí"), porque Hashém conduce la batalla de modo visible a ojos de todos, (Job 26,14) "y el trueno de Su fuerza" ("verá'am guevurató") se difunde en ecos ubicuos e ineludibles; y los ejércitos de cielo y tierra despiertan (Tehilim 150,5) "con sones de teruáh" ("betsiltseléi tru'áh") de la trompeta y el shofár. (Ec. 12,7) "Y el espíritu retornará" ("veharúaj tashúv"), y toda la congregación de Israel estará (Cantar 8,10) "como hallando shalóm" ("kemotséT shalóm") por amor al shalóm y por perseguir el shalóm; y cada uno y una ama a las creaturas y las acerca a la Torah.
"Y fue-será cuando terminaron todos los hombres de guerra de morir de dentro del pueblo" -nuestro verso entero, con valor 2470-, [Crón.1 14,17] "y saldrá (se difundirá) el nombre de (el rey) David en todas las tierras, y Hashém dio-impuso el temor de él sobre todos los pueblos", pues [Tehilim 85,12] "la verdad desde la tierra brotará; y la justicia, desde los cielos se reflejará", retribución magnífica y fiel de la verdad instalada en la tierra.








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