יום שישי, 11 ביולי 2014

Pinjás, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana

Pinjás, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana. Bamidbar-Num. 30,1: "Y dijo Mosheh a los hijos de Israel como todo lo que Ordenó Hashém a Mosheh".
Mosheh detenta la función de Mashíaj, en la práctica es un rey. Y un rey judío no es déspota y dictador y soberbio y amante de los placeres mundanos, y sediento de riqueza y poder y jamás satisfecho, al estilo de muchos reyes en la historia humana. Un rey judío, un potencial mashíaj de Israel, un gobernante de nuestro pueblo, se espera de él que sea, ante todo, íntegro, receptor perfecto para la revelación de Divinidad en forma de justicia, bienestar, shalóm y solidaridad y unidad y fraternidad que reinen en su reino ("se espera de él", o sea que tiene el deber de trabajar sobre sí mismo en ello cada día de sus días, y contar con quien lo supervise al respecto). Por la naturaleza de su cargo, detenta el gobierno de lo más espiritual del mundo material, desde una influencia recíproca continua con lo más cercano a densidad en el mundo espiritual. Y he aquí verdaderamente su valor: "Y dijo Mosheh a los hijos de Israel" ("vaiómer mosheh El bnei israEl") tiene valor 1236, exacto como (Devarim-Deut. 19,10) "que Hashém tu E-lokím te Da en heredad". Esto es: precisamente lo que Mosheh dice a los hijos de Israel, allí está el núcleo y la esencia de la heredad que recibimos del Creador; en las palabras de su voz. De todos los verbos hebreos relacionados a la expresión en voz, justo el usado aquí en "vaiómer" = "y dijo", es el que crea realidad, como cuando "vaiómer E-lokím (...)" y fue la luz. Todo cuanto Mosheh diga a los hijos de Israel está destinado a crear en nosotros la conciencia correcta, la sintonía cognitiva conveniente para la labor de tikún-enmienda, de gueUlah-redención; y ésta es la heredad, el tesoro preciado y exclusivo, que halla expresión colectiva terrenal en el establecimiento del pueblo de Israel en su tierra, desde su expresión espiritual que incide en producir shalóm desde el propio shalóm.
Mosheh dijo al pueblo de Israel "como todo lo que Ordenó Hashém a Mosheh" ("kejól Asher tsiváh Hashém Et mosheh"), cuyo valor 1444 remite al apego a la verdad desde el amor, como está escrito (Tehilim 119,163) "Tu Torah amo" ("toratjá Ahavti"), y así a la puerta que este amor abre a quien lo vive íntegramente: con ella abierta, la vida material opera continuamente a modo de milagro revelado, a modo de (Ezra 9,15) "Y pan de los cielos les darás".

Visto con precisión, lo dicho por Mosheh al pueblo de Israel es como todo lo que "Ordenó Hashém a Mosheh" ("tsiváh Hashém Et mosheh" = 873). ¿Y qué ordenó Hashém a Mosheh? Con valor 873, (Reyes2 6,23) "venir EN la tierra de Israel" ("labó BE Erets israEl"). Para recibir la parcela prometida, no se viene "a" la tierra de Israel (etapa a que el propio Mosheh está aún por arribar), sino que se viene "en ella", con las cualidades y singularidades de la tierra de Israel grabadas en el corazón, para no desviarnos de su influencia bendita. El derecho a establecernos en la tierra, en cualquier punto de la tierra, está sujeto a ser aquéllos a quienes la tierra fue prometida en heredad, constituir una unidad consolidada todo Israel, conducirnos como (Shemot-Ex. 19,6) "un reino de sacerdotes" para todos los pueblos "y un pueblo sagrado", luz para las naciones porque cuidamos y expandimos (Bereshít-Gen. 18,19) "el camino de Hashém de hacer justicia misericordiosa y juicio" justo, implantando y dando ejemplo de caminos de shalóm que se apoya en la justicia y el amor.




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