¿Cómo comprenderás la devastación sin interesarte en la concatenación de causas que condujeron hasta ella? Todo comienza con la corrupción de la tierra; al decir de Rash"i: profanaciones sexuales y culto a ídolos. La tierra -que es corrompida a manos del hombre- es la Maljut-Reinado: reflejo del mundo del espíritu sobre el mundo de la materia, que se refleja de retorno en el mundo del espíritu. Y dos móviles fundamentales la llevan a corromperse, que se despliegan en tres. Las profanaciones relativas a la sexualidad, se manifiestan en uniones prohibidas: el hombre que corre detrás de su mal instinto, y satisface sus apetitos con lo que le está naturalmente vedado: animales, homosexualidad masculina, menores, comprometidas, mujeres casadas y demás. El acto mismo transparenta una rebelión frente a lo Alto, provisto que la unión corporal está programada para acompañar a la unión espiritual (tal como el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal debía ser comido por el hombre de todos modos, sólo que en sacralidad, y junto al fruto del árbol de la vida), y todo desvío en la primera señala una desconexión de la segunda. Y esa rebelión se traducirá inmediatamente a idolatría: la ausencia de temor a Hashém, de temor a violar Sus leyes (apódalas si prefieres las leyes naturales, que tus propios recto pensar y sentido común tienen capacidad de deducir) conducirá a hallar e inventar poderes y jurisdicciones pequeños, terrenos, controlables por el hombre. Idolos de madera y piedra, manufacturados por el hombre, hechos a su imagen y semejanza, ellos y sus ordenanzas sometidos al arbitrio humano. La idolatría es en sí misma un acto de robo-"jamás" frente al E-lokím, desde el que surge y brota su par sobre la tierra, el robo y la expoliación entre los hombres, en cuyo extremo el robo de la vida; ésto es, el derramamiento de sangre. "Y se corrompió la tierra ante el E-lokím, y fue llenada la tierra de robo", el verso completo con valor 2552; una situación frente a la cual [Amos 2,3] "y extirparé al juez de su seno, y a todos sus ministros mataré con él, dijo Hashém". Porque [Prov. 28,20] "el hombre de fe abunda en bendiciones, y el que se apresura a enriquecerse no se limpiará", puesto que el primero está conectado con la fuente de todo bien, y abominación de Hashém es el segundo que actúa sólo para sí. Y todo es muy claro, y de acuerdo a la mayoría será juzgada la congregación toda.
Y esta es la instrucción para quien -no lo quiera Hashém- desea destruir el mundo: "Y se corrompió la tierra ante el E-lokím" ("vatishajét haArets lifnei haE-lokím" = 1671). Si te ves sólo a tí mismo y a nada más que a tí, y si ves sólo este mundo y no distingues a lo invisible para los ojos de tu cuerpo, caerás en el paradigma de [Bereshit-Gen. 25,32] "y dijo Esáv: he aquí que yo voy a morir, y para qué me servirá la primogenitura", y justamente la primogenitura (que es la herencia espiritual por excelencia) era el valor que podía salvar toda su peripecia terrena para siempre; [Prov. 1,16] "pues sus pies hacia el mal correrán, y se apresurarán a derramar sangre". Y de nada servirá la sabiduría, no serán de provecho el conocimiento y la ciencia desconectados de la moral recta, pues vendrán los malvados gobernados por sus apetitos (Ez. 28,7) "y vaciarán sus espadas sobre la belleza de tu sabiduría" ("veheríku jarbotám 'al iófi jojmatjá"). Y la tierra no es corrompida por mano de quien carece de herramientas para corromperla, sino por mano de aquéllos que poseen las herramientas para enmendarla, y las tomarán (Jue. 2,11) "y harán los hijos de Israel el mal" ("vaia'asú bnéi israEl Et hará'") y todo el mundo tras ellos, hasta que el mal volverá a ellos sin que haya qué los salve; y se levantará la tierra, la Maljút-Reinado, la shejináh (la presencia revelada de Hashém), [Bereshit-Gen. 21,16] "y elevará su voz, y llorará". Y sólo la teshuváh (el arrepentimiento por el mal, y la rectificación proactiva del camino) será hábil para producir una inflexión, pues está prometido al tsadík, aún si está solo y es visto como un loco por todos: [Jer. 1,8] "No temas ante ellos pues contigo estoy para salvarte, palabra de Hashém", pues desde que retornaste a Hashém con todo tu corazón y toda tu alma y todo lo que posees y todo lo digno de acento en tí, (Sam.2 2,13) "también Hashém ha sobreseído tu pecado: no morirás" ("gam Hashém he'evír jataTjá ló tamút").
De modo que ésta es la situación: libertinaje sexual, exasperación de los instintos animales, gobierno de las masas al estilo de quien pone una zanahoria ante los ojos del burro para llevarlo a donde prefiera; e idolatría, ésto es invención de ídolos, de ideologías morales falsas y oportunistas que proveen valores con pretensión de absolutos, que sirven a la corrupción entronizada. "Y fue llenada la tierra de robo" ("vatimalé haArets jamás" = 881), al tiempo que [Tehilim 115,4] "sus nervios-deidades son plata y oro, producto de las manos del hombre", por medio de las cuales pueden los malvados robar aún (Bereshit-Gen. 9,5) "el alma-vida del hombre". Y feliz de quien elige elevarse por sobre toda la iluminación de fantasía de la mentira, que confunde las palabras y las ideas para convencerte de que (Devarim-Deut. 23,25) "no des" (Devarim-Deut. 26,12) "al guér-prosélito-extranjero, al huérfano y a la viuda" ("laguér laiatóm velaAlmanáh" y al pobre y menesteroso que te son próximos, como si desde los cielos les tocara castigo; cuando en realidad en tus manos dio Hashém, en su infinita misericordia, la oportunidad de salvarles. Y el buen Hashém (Sam.1 2,9) "los pies de sus piadosos cuidará" ("ragléi jasadáv ishmór), y desde la estrechez y la opresión, [Tehilim 18,20] "y me sacará a la anchura, me liberará pues es ganoso de mí". Pues para el final, prometido está a los malvados que (Jer. 2,3) "el mal vendrá a ellos, palabra de Hashém" ("ra'áh tavó Eleihém neUm Hashém"). Y la orden urgente para este momento, clara y urgente, es que (Bereshit-Gen. 26,29) "tú, ahora" ("Atáh, 'atáh") elijas únicamente el bien, y no te remitas en absoluto al mundo inconciente de lo Alto que te rodea, puesto que desde que has elegido el bien y la verdadera vida te convertiste en aquél (Crón.2 20,7) "que ungió Hashém", activaste la chispa de mashíaj que dormía entre los pliegues de tu alma, y elevaste tu deseo (Bereshit-Gen. 49,26) "hasta el deseo-apetito" ("'ad taAvát") de Hashém, implicando que (Vaikra-Lev. 19,18) "y amarás a tu prójimo como a tí: yo" ("veAhávta lere'ajá kamója Aní"); tu yo, tu ego que sella y es sellado por el amor pleno y rectificado a tu prójimo, se yergue para anular el jamás-robo-estafa-expoliación de tu campamento, para hacer tsedakáh y juicio justo en tu mundo. Y será shalóm en tus milicias y placidez en tus palacios, dijo Hashém.
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