יום שבת, 4 באוקטובר 2014

Bereshit, aliah de domingo, Jesed en la semana

Bereshit, aliah de domingo, Jesed en la semana. Bereshit-Gen. 1,27: "Y creó E-lokím al Adám con su impronta, con la impronta de E-lokím lo creó, macho y hembra los creó".
Día sexto de la creación del mundo; a punto de culminar la jornada. Todo está ya pronto, Maljút-Reinado completo, como un coche nuevo listo hasta en sus más mínimos detalles para viajar, y sólo falta un conductor que lo encienda y viaje en él hasta su meta, y así hará revelada la utilidad del coche. En la cumbre de la creación está listo el lugar para el Adám, hombre y mujer juntos en el mismo cuerpo (la separación de los cuerpos ocurrirá más tarde, merced a lo que vivirá el hombre unido), saliendo a un viaje de enmienda por medio de la acción. Dentro de algunos versos leeremos, justo antes de que ingrese el primer shabát del mundo, acerca de todo lo que creó E-lokím para hacer, para que ya creado, fuera hecho: que él creó y dio forma a la creación toda, y al hombre toca realizarla en la materia mutante. 
"Y creó E-lokím al Adám con su impronta, con la impronta de E-lokím lo creó, macho y hembra los creó"; el verso entero, en valor 2816, y los ingresó a un recorrido cuya meta se revelará mucho más tarde, apenas antes de que recibamos la Torah, cuando los hijos de Israel tomen sobre sí su misión especial de iluminar al mundo justamente con luz de shalóm: (Shemot-Ex. 16,1) "Entonces cantará Moshéh y los hijos de Israel el canto éste" ("Az iashír moshéh uvnéi israEl Et hashiráh hazóT").
El hombre es creado con impronta divina. Quien lo crea es apodado "E-lokím" = 86 = "la naturaleza" ("hatéva'"), manifestación de ley y juicio y medida; el objetivo del hombre es elevarse por medio de impronta de E-lokím hasta trascenderla, para enmendar de modo que, al decir de Tehilim 89,3 el mundo se construya en base al Jesed-piedad-amor. "Y creó E-lokím al Adám con su impronta" ("vaivrá E-lokím Et haAdám betsalmó" = 924), (Shemot-Ex. 30,32) "y con su receta" ("uvmatkuntó") para señalar que [Tehilim 118,20] "éste es el portal hacia Hashém, los tsadikím vendrán en él": el hombre es la única creatura dotada de libre elección, desde la cual errará y se causará penas a sí mismo, mas siempre podrá tornar de nuevo hacia el portal hacia Hashém ("hashá'ar laHashém" = 631: que se incorporará el hombre desde donde erró -Jue. 15,18- "y clamará a Hashém y dirá" -"vaikrá El Hashém vaioMár"- todo lo que guarda su corazón); y los portales de la teshuvah-arrepentimiento-rectificación estarán abiertos (Devarim-Deut. 4,10) "todos los días en que ellos viven sobre la tierra" ("kol haiamím Ashér hém jaím 'al haAdamáh").
El hecho de que "con la impronta de E-lokím lo creó" ("betsélem E-lokím bará Otó" = 858) implica ya la disposición de un recipiente apto para recibir en su seno (Bereshit-Gen. 2,7) "alma de vida" ("nishmát jaím") que es parte de la divinidad misma, y grabó en ella el Creador (Bereshit-Gen. 3,24) "el camino hacia el árbol de la vida" ("Et dérej 'éts hajaím") -que pasa también por el árbol del conocimiento del bien y del mal-, para llegar a su través a la vida eterna. El alma es eterna por su propia naturaleza, mas sólo la vida del hombre sobre la tierra le brindarán eternidad efectiva. Porque en el templo de la creación, al hombre mismo corresponden las cualidades del (Shemot-Ex. 30,36) "sagrado entre los sagrados" ("kódesh kodashím"), y la impronta que tus actos han enmendado y completado tomarás (Sam.1 1,24) "y lo traerás a la casa de Hashém" ("vateviEhú El beit Hashém"); y así (Tehilim 119,175) "vivirá mi alma" ("tejí nafshí"), (Devarim-Deut. 30,15) "y a la muerte" ("veEt hamávet") en todas sus formas postergarás siempre.
Y he aquí una maravilla portentosa: "macho y hembra los creó" ("zajár unekeváh bará Otám" = 1034) sólo que juntos, ambos en un cuerpo sólo, (Rut 1,9) "cada mujer en casa de su hombre" ("Isháh beit Isháh"), y así estaban llamados a permanecer, en apego mutuo natural (Jue. 18,31) "todos los días de ser casa del E-lokim" ("kól ieméi heiót beit haE-lokím") ellos, todo tiempo que la voluntad del hombre individual no se desvíe de la grandeza de la voluntad del Creador, todo tiempo que él no salga al camino por sí mismo e inaugure un proceso irreversible de retorno al origen por el camino largo. Y de todos modos, la finalidad de la teshuvah es que el origen se vea distinto de lo que se veía cuando partiste de él; puesto que antes estaba regido por el nombre E-lokím que es el que crea y el que legisla y el que juzga y el que sentencia y aún castiga; y el fuego es suyo; y ahora, en tu camino de teshuvah, que incluye retornar en apego nuevo a tu otra mitad, a la pareja que fue creada desde la raíz de tu propia alma, e incluye forjar tu shalóm con todo lo que no es tú, ahora hallarás entonces un punto de inflexión, (Vaikrá-Lev. 10,2) "y saldrá fuego de delante de Hashém" ("vatetsé Esh milifnéi Hashém"), que el nombre Hashém (el que escribimos iod-hei-vav-hei) que es conducto de Jesed-piedad-amor será el que expresará fuego endulzado, fuego que calienta, en vez del fuego que quema de E-lokím; y te apegarás a la pareja de tu alma con sensación de (Sam.2 1,26) "me maravilló tu amor a mí" ("niflaAtáh Ahavatjá lí"). Y ya en una completitud mucho más alta que la inicial, desde que tu templo construyes apegado (Crón.2 31,3) "en la Torah de Hashém" ("betorát Hashém") que es toda piedad y misericordia, abrirás tus ojos para ver (Ez. 44,4) "y he que llena el Honor de Hashém a la casa de Hashém" ("vehinéh malé kvód Hashém Et beit Hashém"): el "Honor de Hashém" ("kvód Hashém" = 58) que es la gracia y belleza profunda ("jen"), llena a la "casa de Hashém" ("beit Hashém" = 438), (Is. 66,15) "pues he que Hashém en fuego vendrá" ("ki hinéh Hashém baEsh iavó"), que sus aguas colmadas de Jesed de Hashém vendrán por el conducto del fuego de E-lokím: que con el shalóm y con la unión-fusión plena de amor endulzaste y anulaste la sentencia de la separatidad, y no hay ya sino gueUlah-redención de rajamím, por vía de pura misericordia dulce, que se expande y adviene desde toda tu peripecia vital, y entonces el que Hace shalóm en Sus alturas, El hará shalóm sobre nosotros; y a nuestro través -¡vaya felicidad!- sobre el mundo entero. Levantaos a procurarlo. Y decid Amén.

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