יום חמישי, 7 באוגוסט 2014

vaEtjanán, aliah del viernes, Iesód en la semana

vaEtjanán, aliah del viernes, Iesód en la semana. Devarim-Deut. 6,19: "Repeler a todos tus enemigos de frente a tí, como dijo Hashém".
Si cuidamos y activamos todas las mitsvót-preceptos de la Torah, para hacer el bien y lo correcto a ojos de Hashém, no sólo nos asentaremos con seguridad en nuestra tierra, sino que también lograremos "repeler a todos tus enemigos de frente a tí, como dijo Hashém" ("lahadóf Et kol Oivéja mipanéja kaAshér dibér Hashém" = 1566). ¿Quiénes son realmente esos enemigos de los que es necesario liberarnos en nuestra tierra? El valor del verso apunta tercamente a nuestro enemigo interior, en su igualdad a lo que pedimos de corazón justo en los días de juicio de Tishrei "Tórnanos en teshuvah completa ante Tí" ("hajazirenu bitshuvah shlemah lefanéja"), antes del toque de shofár ("teki'át shofár") que acude a despertar los corazones, y especialmente en Iom Kipúr, (Vaikrá-Lev. 16,31) "shabát shabatón es para vosotros". 
Pero, ¿cómo puede ser? ¡Tenemos una buena dotación de enemigos contra los que nos vemos forzados a luchar por nuestras vidas, en la tierra de Israel! Sucede que así dice Hashém: Tú lucha contra tu enemigo interior, y Yo Lucharé por tí contra el enemigo exterior. Que por mérito de la enmienda de nuestras cualidades y la teshuvah permanente en nuestro interior (personal, familiar, nacional), sucederá también que (Jueces 3,28) "porque Dio Hashém a vuestros enemigos, a MoAb, en vuestra mano" ("ki natán Hashém Et Oiveijém Et moAb beiedjém"). Y no es casual que elija decirlo "a vuestros enemigos, a MoAb" , cuyo valor 934 señala una fuerza imponente desplegada contra todo quien se atreva a salir contra Israel, como dice el profeta (Ez. 6,12) "Y agotaré mi furia" ("vekiléiti jamatí"), que es como si toda la ira del Creador se volcara sobre ellos. Y con el mismo valor, (Ov. 1,15) "tu recompensa volverá en tu cabeza" ("gmuljá iashúv beroshéja"), que rige sobre ambos lados de la batalla: al malvado volverá su maldad, y al tsadík su justicia, "juntos, todas las tribus de Israel" ("iajad, kol shivtéi israEl").
Pues de hecho, "repeler a todos tus enemigos de frente a tí" ("lahadóf Et kol Oivéja mipanéja" = 813) no requiere siquiera guerra, puesto que en el mismo mecanismo en que ocurre que (Bereshit-Gen. 1,3) "Y dijo E-lokím sea luz y fue-será luz", ocurrirá que Dirá al enemigo (Bereshit-Gen. 4,11) "Maldito (eres) tú" ("Arúr Atáh"), y desde allí se desplegará una nueva situación en que (Vaikrá-Lev. 13,50) "Y demarcó la peste" ("vehisguír Et hanéga"), y es bueno para el justo tsadík, y bueno para su vecino.
Y todo se hará "como dijo Hashém" ("kaAshér dibér Hashém" = 753), (Bereshit-Gen. 29,13) "(a) todas estas cosas" ("Et kol hadvarím haEleh"), en que reside la fuerza para (Sam.1 14,6) "salvar en mucho u en poco" ("lehoshí'a beráv O bime'át"), porque (Tehilim 7,6) "será perseguido el enemigo de mi alma" ("iradéf Oiév nafshí") hasta que huya por su vida. En este camino del pacto que conecta a Israel (y a partir de la influencia de Israel, a todos los hombres de Jesed del mundo) con su Creador, enmendaremos nuestra situación de seguridad, tanto cada individuo como la nación: a la organización Hamas la anulamos por medio de enmendar el "hamás" (robo, estafa, expoliación) de entre nosotros, y así sucesivamente, la misma fórmula contra todos los enemigos de fuera, que son reflejo de nuestros enemigos de dentro (alimentados todos, éstos y aquéllos, por nosotros mismos); y con ayuda de Hashém, haremos y triunfaremos.



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