יום ראשון, 24 באוגוסט 2014

Shoftím, aliah del martes, tifEret en la semana

Shoftím, aliah del martes, tifEret en la semana. Devarim-Deut. 18,2: "Y parcela no tendrá entre sus hermanos; Hashém es su parcela, como le Dijo".
El Leví, la tribu número trece (el número del amor, llamado "Ahaváh", que vale 13; y si contamos a las tribus de Efraím y Menashéh en vez de a su padre Ioséf, resultará que hay 12 tribus además de Leví), representa la completitud de la creación. "Y parcela no tendrá entre sus hermanos; Hashém es su parcela, como le Dijo" ("venajaláh ló ihiéh ló bekérev Ejáv Hashém hú najalató kaAshér dibér ló") vale 1820, acaso el número más importante de la creación, que vale 70 (el valor de "sod" = secreto) veces 26 (el valor del nombre de Hashém, iod-hei-vav-hei), como está escrito (Tehilim 25,14) que el secreto de Hashém es para quienes le temen; el secreto de Hashém que se expresa en las 1820 apariciones del nombre que llamamos Hashém (que representa a la sefirah de Binah-entendimiento) en toda la Torah; que es también producto de multiplicar 28 (el valor de la palabra "kóaj" = fuerza o potencia) por 65 (el valor del nombre A-donái -Alef-dalet-nun-iod-, de la sefirah de Maljut-reinado), al decir de Mosheh en su plegaria tras el pecado de los espías (Bamidbar-Num. 14,17) y ahora crezca ya la fuerza de A-donái;  "para hacer placidez de espíritu a su Formador" ("la'asót nájat rúaj leiotsró"). También 1820 es el milúi (como hemos estudiado, la escritura de los nombres completos de las letras en lugar de las letras mismas, para revelar el sentido íntimo de lo escrito) de la palabra inicial y llave de toda la Torah: Bereshít, en-con el principio (desplegado y disponible en la versión hebrea de esta meditación). Los secretos maravillosos conectados al número 1820 los recibimos de nuestro maestro rav Itsjak Ginsburgh, que también nos reveló que el verso número 1820 de la Torah (que cuenta con un total de 5845 versos) es justamente el que trae la primer mitsvah-precepto que recibe el pueblo de Israel recién constituido, tras su salida de Mitsráim, que dice respecto del mes de Nisán en que fuimos liberados que (Shemot-Ex. 12,1) El mes éste es para vosotros cabeza de los meses, etc. Para certificar todo lo dicho, 1820 en palabras hebreas ("Elef shmonáh meOt ve'esrím") tiene valor 1585, como la expresión que repetimos muchas veces en la semana: "en evocación de la acción de Bereshít" ("zéjer lema'aséh bereshít"), en evocación de la creación que se renueva de continuo desde el inicio de los tiempos: tal la meta altísima de la vida misma del Leví, en tiempos en que merecemos la conexión sagrada de su misión el Templo.
Quien decreta "Y parcela no tendrá entre sus hermanos" ("venajaláh ló ihiéh ló bekérev Ejáv = 525) es precisamente "Hashém de los Ejércitos" ("Hashém Tseba-Ot"), nombre sagrado que no aparece en la Torah y que sí aparece 256 veces en los Profetas y en los Escritos; porque pende sobre él (Prov. 18,14) "espíritu de hombre" ("rúaj Ish") que lo define para siempre como un "hombre de espíritu" ("Ish rúaj") que incide sobre el colectivo completo de los hombres agobiados bajo los requerimientos de la vida material. Por ello, "Hashém es su parcela, como le Dijo" ("Hashém hú najalató kaAshér dibér ló" = 1295), que recuerda a todos sus hermanos la convocatoria (Is. 40,26) "Elevad a lo Alto vuestros ojos y ved Quién creó a éstos" ("seU maróm 'eineijém ureU mí bará Eleh"), desde su saber íntimo de que una conciencia rectificada de los hombres despertará a Hashém a responder a su súplica (Crón.2 6,25) "Atenderás desde el firmamento" ("tishmá' min hashamáim").
Siendo así, conviene que tome conciencia de que "Hashém es su parcela" ("Hashém hú najalató" = 532), desde que se les prometió (Bereshit-Gen. 26,24) "porque contigo Yo" ("ki Itjá Anóji") y como consecuencia de ello su alimento advendrá de los cielos en términos de (Shemot-Ex. 2,20) "Llámenle y comerá pan" ("kraEn ló veioJál lájem"), y aún cuando no cuentan con parcela de tierra en este mundo, (Bamidbar-Num. 21,35) "y heredarán" ("vairshú") de Hashém en este mundo y en el mundo porvenir (Is. 58,13) "para consagrar a Hashém que detenta el honor" ("likdósh Hashém mejubád"). Y todo ello, "como le Dijo" ("kaAshér dibér ló"), (Reyes1 11,9) "de parte de Hashém, el E-lokím de Israel" ("me'ím Hashém E-lokéi israEl").
El Leví de la Torah es una condición genética, hereditaria, forzosa, ineludible. Por fuerza de la oscuridad de los sentidos del alma -reflejo del exilio de la Shejinah o presencia revelada de Hashém-, el Leví de la Torah se proyecta en su sentido interior, liberado al arbitrio y esfuerzo de cada quien, hasta los hombres de espíritu auténticos y fieles, que se entregan a la tarea de devolver a Israel al camino rectamente sagrado, para que brillen con el brillo de los cielos ante el resto de los pueblos del mundo para servirles de ejemplo, para atraer claridad y transparencia de que resulte redención para el mundo entero.


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