Tazria, aliah de shabat kodesh, Maljut en la semana. Vaikra-Lev. 13,58: "Y la prenda de vestir, o la urdimbre, o el tejido, o toda prenda-utensilio de cuero que sea lavado y se vaya de él la peste, y lavará por segunda vez, y estará puro".
Ante todo, aíslate del mal; y entonces, serás apto de verdad para hacer bien. Antes del primer lavado, aún estarás en estado intermedio, próximo en demasía a la contamiación; mas tras el segundo lavado -cuyo propósito es sacar a luz la pureza de lo ya limpio-, no hay modo de que la prenda se abstenga de recibir la luz: "Y la prenda de vestir, o la urdimbre, o el tejido, o toda prenda-utensilio de cuero que sea lavado y se vaya de él la peste, y lavará por segunda vez, y estará puro" -nuestro verso entero, con valor 3954-, y ya no importa a dónde huyas o cuánto quieras escabullirte de lo inexorable: [Sam.1 19,21] "Y dirán a ShaUl, y enviará nuevos mensajeros, y recibirán profecía también ellos, y agregará aún ShaUl y enviará mensajeros terceros, y recibirán profecía también ellos".
Porque tras un único lavado, cuando apenas comenzaste a quitar de sobre tí todo lo que inscribió el mundo de la mentira sobre tu carne, estás aún en peligro: "y la prenda de vestir, o la urdimbre, o el tejido, o toda prenda-utensilio de cuero que sea lavado y se vaya de él la peste" ("vehabégued O hashtí O ha'érev O kól klí ha'ór Ashér tejabés vesár mehém hanéga'" = 2886), tal como vio, [Bereshit-Gen. 33,13] "y dirá a él: mi amo sabe que los niños están blandos, y el rebaño y el ganado me sobrepasan, y los golpeará un día, y habrá muerto todo el rebaño", y todavía falta sacrificar el ídolo que se haya más profundo dentro tuyo, y ser recibido bajo las alas de la shejináh (la presencia revelada de Hashém): [Vaikra-Lev. 8,22] "Y ofrecerá el ciervo segundo, ciervo de los complementos, y apoyarán Aharón y sus hijos sus manos sobre la cabeza del ciervo", y recién entonces podrás tomar parte del minián, de la congregación de los ordenados por Hashém en su decir: [Vaikra-Lev. 22,31] "y cuidaréis mis mitsvót-preceptos y los haréis, Yo Hashém". Y entonces descubrirás, de pronto, que la realidad se conduce de modo diverso al que estás habituado; y por misericordia de lo Alto, tus manos se alargan a incidir en tu mundo, hasta que incluso lo más improbable podrá ser pedido por tu boca, y será: [Jue. 6,39] "Y dirá Guidón al E-lokím: no se encienda tu furia en mí, y hablaré sólo esta vez. Intentaré ya sólo esta vez: en la esquila haya sequía para la esquila solamente, y sobre toda la tierra habrá rocío". Y no será sorpresa que tu pedido se cumplirá. [Is. 28,14] "Por consiguiente, atended a la palabra de Hashém, hombres burlones, gobernadores del pueblo éste, que (estáis) en Ierushaláim": se levantará el hombre recto que desea contagiar rectitud a su mundo, "y lavará por segunda vez, y estará puro" ("vekibés shenít vetahér" = 1068). Y por mérito de los rectos, (Vaikra-Lev. 26,17) "y daré mi rostro en vosotros" ("venatatí panái bajém") (Bereshit-Gen. 44,10) "y vosotros seréis limpios" ("veAtém tihiú nekiím"). (Bereshit-Gen. 24,21) "Y el hombre se desconcierta" ("vehaIsh mishtaEh"), porque la ley de E-lokím, la verdad, la Torah del bien, que era ocupación de pequeños grupos de gente vista como rara bajo el viejo gobierno, se revelarán lentamente a ojos de todos, al modo en que la bola del sol trepa sobre las faces del firmamento; (Miq. 5,3) "pues ahora crecerá hasta los ceros de la tierra" ("ki 'atáh igdál 'ad Afséi Arets"), que incluso los más pequeños, los hombres simples que no dedican esfuerzo a reflexionar y comprender, verán con sus ojos que bueno es el camino de Hashém sostenido en la tsedakáh y el juicio justo. (Tehilim 86,6) "En la voz de mis súplicas" ("bekól tajanunotái") (Tehilim 104,13) "será ahíta la tierra".
Ante todo, aíslate del mal; y entonces, serás apto de verdad para hacer bien. Antes del primer lavado, aún estarás en estado intermedio, próximo en demasía a la contamiación; mas tras el segundo lavado -cuyo propósito es sacar a luz la pureza de lo ya limpio-, no hay modo de que la prenda se abstenga de recibir la luz: "Y la prenda de vestir, o la urdimbre, o el tejido, o toda prenda-utensilio de cuero que sea lavado y se vaya de él la peste, y lavará por segunda vez, y estará puro" -nuestro verso entero, con valor 3954-, y ya no importa a dónde huyas o cuánto quieras escabullirte de lo inexorable: [Sam.1 19,21] "Y dirán a ShaUl, y enviará nuevos mensajeros, y recibirán profecía también ellos, y agregará aún ShaUl y enviará mensajeros terceros, y recibirán profecía también ellos".
Porque tras un único lavado, cuando apenas comenzaste a quitar de sobre tí todo lo que inscribió el mundo de la mentira sobre tu carne, estás aún en peligro: "y la prenda de vestir, o la urdimbre, o el tejido, o toda prenda-utensilio de cuero que sea lavado y se vaya de él la peste" ("vehabégued O hashtí O ha'érev O kól klí ha'ór Ashér tejabés vesár mehém hanéga'" = 2886), tal como vio, [Bereshit-Gen. 33,13] "y dirá a él: mi amo sabe que los niños están blandos, y el rebaño y el ganado me sobrepasan, y los golpeará un día, y habrá muerto todo el rebaño", y todavía falta sacrificar el ídolo que se haya más profundo dentro tuyo, y ser recibido bajo las alas de la shejináh (la presencia revelada de Hashém): [Vaikra-Lev. 8,22] "Y ofrecerá el ciervo segundo, ciervo de los complementos, y apoyarán Aharón y sus hijos sus manos sobre la cabeza del ciervo", y recién entonces podrás tomar parte del minián, de la congregación de los ordenados por Hashém en su decir: [Vaikra-Lev. 22,31] "y cuidaréis mis mitsvót-preceptos y los haréis, Yo Hashém". Y entonces descubrirás, de pronto, que la realidad se conduce de modo diverso al que estás habituado; y por misericordia de lo Alto, tus manos se alargan a incidir en tu mundo, hasta que incluso lo más improbable podrá ser pedido por tu boca, y será: [Jue. 6,39] "Y dirá Guidón al E-lokím: no se encienda tu furia en mí, y hablaré sólo esta vez. Intentaré ya sólo esta vez: en la esquila haya sequía para la esquila solamente, y sobre toda la tierra habrá rocío". Y no será sorpresa que tu pedido se cumplirá. [Is. 28,14] "Por consiguiente, atended a la palabra de Hashém, hombres burlones, gobernadores del pueblo éste, que (estáis) en Ierushaláim": se levantará el hombre recto que desea contagiar rectitud a su mundo, "y lavará por segunda vez, y estará puro" ("vekibés shenít vetahér" = 1068). Y por mérito de los rectos, (Vaikra-Lev. 26,17) "y daré mi rostro en vosotros" ("venatatí panái bajém") (Bereshit-Gen. 44,10) "y vosotros seréis limpios" ("veAtém tihiú nekiím"). (Bereshit-Gen. 24,21) "Y el hombre se desconcierta" ("vehaIsh mishtaEh"), porque la ley de E-lokím, la verdad, la Torah del bien, que era ocupación de pequeños grupos de gente vista como rara bajo el viejo gobierno, se revelarán lentamente a ojos de todos, al modo en que la bola del sol trepa sobre las faces del firmamento; (Miq. 5,3) "pues ahora crecerá hasta los ceros de la tierra" ("ki 'atáh igdál 'ad Afséi Arets"), que incluso los más pequeños, los hombres simples que no dedican esfuerzo a reflexionar y comprender, verán con sus ojos que bueno es el camino de Hashém sostenido en la tsedakáh y el juicio justo. (Tehilim 86,6) "En la voz de mis súplicas" ("bekól tajanunotái") (Tehilim 104,13) "será ahíta la tierra".
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