Javerím queridos: ¡Moadím lesimjáh!
Debo tantas disculpas, que mejor apresurarlas colectivamente a demorarlas indefinidamente de quien en quien :-/. Efectivamente, desde hace varias semanas, mi habitual atraso crónico en atender a la correspondencia privada (ya aquí o por email, o por whatsapp, etc.) ha adquirido magnitud exasperante: saludos, consultas, incluso ¡anuncios de envío de ayuda económica para el sostén de la labor que realizamos para todos!, todo, han sido vistos al vuelo en un celular pegado con velcro al volante en el curso de miles de kilómetros de carreteras, y han ingresado a una lista de espera casi intocada aún para recibir merecida reacción y respuesta.
De algún modo, ello me obliga a compartir con vosotros siquiera el por qué de tanto aparente desinterés, que por supuesto no es tal. Baruj Hashém, hace apenas mes y medio consagré a Tal por esposa para mí, abandoné el apartamento en que residía en Carmiel y me establecí con ella en un kibúts, a metros de la frontera de Israel con el Líbano, a asumir con alegría y gratitud infinita desafíos benditos en un marco social cuyas actitud y conducta señalan gran apego a los valores de una Torah que casi todos desconocen. Pasado mes y medio, aún no he hallado el tiempo ni los medios con que completar la mudanza de muebles y efectos, con lo que no he podido liberar el apartamento desde el que tanto compartimos con vosotros el último par de años, y por el que sigo pagando una renta mensual innecesaria. Maravillosamente (y quiera Hashém prolongarnos dicha gracia), he logrado cumplir cada día sin excepción con la meditación diaria (que compartimos en el grupo "Titulares de Torah para Hoy" y en el grupo de whatsapp, en español, y en otros marcos en hebreo) y actualizar contenidos constantemente en "Comunidad de Torah", todo lo cual demanda más de 6 horas cada día en promedio; y donde he advertido una consulta puntual y urgente, he logrado a veces responderla sucintamente más o menos de inmediato. Todo ello al tiempo de iniciar actividades múltiples con el fin de agregar conciencia cabal de si a la Toráh que advierto constantemente en derredor, en el nuevo marco social en que he aterrizado, que -oh sorpresa, estando en lo más precioso de la tierra de Israel-, no ha visto de rabinos o afines jamás. Y al mismo tiempo, baruj Hashém, Pesaj, todos los preparativos para un séder bendito con las dos familias casi completas; y días de hijos en vacaciones, cuatro generaciones reinventando todas las formas del shalóm feliz en la casa que toma de la humildad el esplendor de su belleza, y tanto más de los quehaceres de este mundo que hacen su impronta en el que, desde más Alto, vertirá su despertar sobre él.
Acéptense, ruego entonces, mis disculpas. Con ayuda de Hashém, en el correr de las próximas semanas, con los desafíos urgentes para la base de la supervivencia cotidiana cumplidos, lograré sentarme a leer atentamente y responder, desde muy atrás, a todos los mensajes que aguardan una respuesta que cabe en lo que he aprendido a dar.
A todos ante quienes me toca reconocer que todo mi honor es vuestro. A todos quienes me habéis escrito anunciando envíos de esa ayuda bendita que alimenta nuestra seguridad en el camino que cada día elegimos, mi enorme gratitud y bendición. A todos quienes me habéis confiado dudas o penas y aguardáis por consejo, mi gratitud de antemano por vuestra paciencia: vuestras palabras me honran, y me honrará responder a ellas.
A todos: mi bendición de todo corazón, de que a todos los niveles a una vez -desde la intimidad del pensamiento y el sueño, hasta la acción más grande y más pequeña que conjugamos al caminar a nuestro paso por la vida-, la vez ésta, de verdad y para siempre, estemos saliendo de Mitsráim.
Fuerte abrazo desde las montañas prolíferas y arduas del Galíl,
daniEl
Debo tantas disculpas, que mejor apresurarlas colectivamente a demorarlas indefinidamente de quien en quien :-/. Efectivamente, desde hace varias semanas, mi habitual atraso crónico en atender a la correspondencia privada (ya aquí o por email, o por whatsapp, etc.) ha adquirido magnitud exasperante: saludos, consultas, incluso ¡anuncios de envío de ayuda económica para el sostén de la labor que realizamos para todos!, todo, han sido vistos al vuelo en un celular pegado con velcro al volante en el curso de miles de kilómetros de carreteras, y han ingresado a una lista de espera casi intocada aún para recibir merecida reacción y respuesta.
De algún modo, ello me obliga a compartir con vosotros siquiera el por qué de tanto aparente desinterés, que por supuesto no es tal. Baruj Hashém, hace apenas mes y medio consagré a Tal por esposa para mí, abandoné el apartamento en que residía en Carmiel y me establecí con ella en un kibúts, a metros de la frontera de Israel con el Líbano, a asumir con alegría y gratitud infinita desafíos benditos en un marco social cuyas actitud y conducta señalan gran apego a los valores de una Torah que casi todos desconocen. Pasado mes y medio, aún no he hallado el tiempo ni los medios con que completar la mudanza de muebles y efectos, con lo que no he podido liberar el apartamento desde el que tanto compartimos con vosotros el último par de años, y por el que sigo pagando una renta mensual innecesaria. Maravillosamente (y quiera Hashém prolongarnos dicha gracia), he logrado cumplir cada día sin excepción con la meditación diaria (que compartimos en el grupo "Titulares de Torah para Hoy" y en el grupo de whatsapp, en español, y en otros marcos en hebreo) y actualizar contenidos constantemente en "Comunidad de Torah", todo lo cual demanda más de 6 horas cada día en promedio; y donde he advertido una consulta puntual y urgente, he logrado a veces responderla sucintamente más o menos de inmediato. Todo ello al tiempo de iniciar actividades múltiples con el fin de agregar conciencia cabal de si a la Toráh que advierto constantemente en derredor, en el nuevo marco social en que he aterrizado, que -oh sorpresa, estando en lo más precioso de la tierra de Israel-, no ha visto de rabinos o afines jamás. Y al mismo tiempo, baruj Hashém, Pesaj, todos los preparativos para un séder bendito con las dos familias casi completas; y días de hijos en vacaciones, cuatro generaciones reinventando todas las formas del shalóm feliz en la casa que toma de la humildad el esplendor de su belleza, y tanto más de los quehaceres de este mundo que hacen su impronta en el que, desde más Alto, vertirá su despertar sobre él.
Acéptense, ruego entonces, mis disculpas. Con ayuda de Hashém, en el correr de las próximas semanas, con los desafíos urgentes para la base de la supervivencia cotidiana cumplidos, lograré sentarme a leer atentamente y responder, desde muy atrás, a todos los mensajes que aguardan una respuesta que cabe en lo que he aprendido a dar.
A todos ante quienes me toca reconocer que todo mi honor es vuestro. A todos quienes me habéis escrito anunciando envíos de esa ayuda bendita que alimenta nuestra seguridad en el camino que cada día elegimos, mi enorme gratitud y bendición. A todos quienes me habéis confiado dudas o penas y aguardáis por consejo, mi gratitud de antemano por vuestra paciencia: vuestras palabras me honran, y me honrará responder a ellas.
A todos: mi bendición de todo corazón, de que a todos los niveles a una vez -desde la intimidad del pensamiento y el sueño, hasta la acción más grande y más pequeña que conjugamos al caminar a nuestro paso por la vida-, la vez ésta, de verdad y para siempre, estemos saliendo de Mitsráim.
Fuerte abrazo desde las montañas prolíferas y arduas del Galíl,
daniEl
אין תגובות:
הוסף רשומת תגובה