יום חמישי, 11 בספטמבר 2014

Ki Tavó, aliah de viernes, Iesod en la semana

Ki Tavó, aliah de viernes, Iesod en la semana. Devarim-Deut. 28,29: "Estos son los términos del pacto que Ordenó Hashém a Mosheh sellar con los hijos de Israel en la tierra de MoAb, además del pacto que Selló con ellos en Jorév".
En Jorév, que es el monte Sinái, nos impuso obediencia y recibimos la Torah y sus mitsvót. Ahora, una nueva generación se apresta a ingresar a su tierra, que fue atrapada a lo largo de 250 años por siete pueblos idólatras y poderosos, a cuya pretensión de permanecer en ella no ha lugar. En la tierra de MoAb, un instante antes de que crucemos el Iardén-Jordán, Mosheh nos viste de un nuevo pacto: ¿bajo qué condiciones recibiremos nuestra tierra, pese a la voluntad de sus ocupantes de retenerla para sí? "Estos son los términos del pacto que Ordenó Hashém a Mosheh" ("Eleh divréi habrít Ashér tsiváh Hashém Et moshéh" = 2243). (Vaikra-Lev. 20,24) "Vosotros heredaréis su tierra" ("Atém tirshú Et Admatám"), a condición (Ez. 43,7) "de que Resida Yo allí, dentro de los hijos de Israel" ("Ashér Eshkón shám betój bnei israEl") que son sagrados y consagran sus tierras. La tierra será nuestra a condición de que nosotros mismos nos constituyamos en morada y templo para la presencia revelada de Hashém.
Mosheh, el pastor fiel, viene a "sellar con los hijos de Israel en la tierra de MoAb" ("lijrót Et bnei israEl beErets moAb" = 1996) un pacto nuevo, que toca a su vida fáctica, material, sobre su tierra; y al tiempo que se mostrará severo con Israel ordenándoles que preserven su propia sacralidad al nivel de la sacralidad de la tierra, dejará entrelíneas a Hashém el pedido a futuro, para cada vez que necesitemos de su Misericordia infinita (Devarim-Deut. 21,8): "Expía a Tu pueblo Israel al que Liberaste" ("kapér le'amjá israEl Ashér padíta"), evoca y renueva la salvación respecto de todo mal. 
El sentido del pacto es claro. Y aún, "sellar con los hijos de Israel" ("lijrót Et bnei israEl" = 1654), señala que (Ez. 18,2) "Vosotros gobernáis la metáfora ésta" ("Atém moshlím Et hamashál hazéh"): todo resultará de vuestras acciones y elecciones, todo irá detrás de vuestros actos, porque de las mismas palabras dichas saldrán ya la bendición o la maldición, de acuerdo a cómo conduzcáis vuestras vidas sobre vuestra tierra.
El pacto se sellará "en la tierra de MoAb" ("beErets moAb" = 342), justamente (Ester 1,12) "para venir en la palabra del rey" ("lavó bidvár hamélej"), para brillar con el esplendor del cielo en las cualidades del Creador; "además del pacto" ("milvád habrít" = 693) en que nos comprometimos a cumplir (Ez. 11,25) "todas las palabras de Hashém" ("Et kól divréi Hashém"), en el que se nos explicó el modo justo de evocar y atraer al presente la salida de Mitsráim, en nuestras vidas (Devarim-Deut. 16,2): "Y sacrificarás el (sacrificio de) Pésaj a Hashém tu E-lokím" ("vezavájta pésaj laHashém E-lokéja"), puesto que (Devarim-Deut. 27,9) "el día éste te constituiste en pueblo" ("haióm hazéh nihiéta le'ám"), (Shemot-Ex. 3,15) "y éste es Mi recuerdo-activación para cada generación" ("vezéh zijrí ledór dór"). Y a partir de que viviremos de acuerdo a (Tehilim 119,160) "todo juicio de tu justicia" ("kol mishpát tsidkéja"), podremos elevar nuestros ojos a lo Alto y pedir (Tehilim 119,124) "Haz con tu siervo de acuerdo a Tu piedad" ("'aséh 'im 'avdejá kejasdejá"), y sabremos que te revelarás en nuestro auxilio (Crón.2 32,8) "y a librar nuestras guerras" ("ulehilajém miljemoténu") siempre. Como dijimos, ésta es una de las posibilidades. Si -Hashém nos libre- actuáramos de modo necio y olvidáramos la meta trascendental de la vida buena que Hashém nos da, la bendición podría (ay) mudarse en maldición, y la oscuridad tomaría el lugar de la luz, y pobres de nosotros en nuestra tierra.
El primer pacto siguió a la apertura de un camino hacia la libertad verdadera, camino que recorreremos a lo largo de cuarenta años en el desierto. El segundo pacto viene a redondear toda la peripecia, y conducir al esclavo liberado a una situación de libertad plena, amo en su parcela que Hashém le dio. Razonablemente, sólo seremos capaces de superar las condiciones del pacto complementario, si grabamos en nuestros corazones y herramientas de acción los fundamentos del pacto primero, "que Selló con ellos en Jorév" ("Ashér karát Itám bejorév" = 1774), en que nos fue revelado como ejemplo eterno que [Bamidbar-Num. 12,3] "Y el hombre Mosheh es muy humilde, más que todo hombre sobre las faces de la tierra", y fuimos advertidos acerca de que [Prov. 11,4] "No será de ayuda la riqueza en el día del juicio, y la tsedakah-caridad salvará de la muerte", y aprendimos a edificar lo que ha de ser en sumisión al Creador, tal como dijimos (Jos. 9,25) "Estamos en tu mano, de acuerdo a lo bueno y recto a tus ojos para hacernos" ("hinénu beiadéja, katóv vehaiashár be'einéja la'asót lánu"). De aquí en adelante, (Crón.c2 29,5) "Y consagrasteis-consagraréis la casa-templo de Hashém, el E-lokím de vuestros padres" ("vekidshú Et beit Hashém E-lokéi Avoteijém"), pues en cada instante y en cada acción, (Tehilim 119,166) "acudo a por Tu salvación, Hashém" ("sibárti lishu'atjá Hashém").







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