יום שני, 31 באוגוסט 2015

Ki Tavó, aliah de martes, tifEret en la semana

Ki Tavó, aliah de martes, tifEret en la semana. Devarim-Deut. 26,16: "El día éste Hashém tu E-lokím te Ordena hacer (a) las leyes éstas y (a) las ordenanzas, y los cuidarás y harás con todo tu corazón y con toda tu alma".
"El día éste" ("haióm hazéh" = 78) es todo día en que despiertes a rectificar tu vida; un día que refiere al (Bereshit-Gen. 3,19) "pan" ("léjem") que comerás y a la batalla ("miljamáh", de la misma raíz que "léjem") en que triunfarás, día en que (Crón.2 36,15) "se compadeció" ("jamál") Hashém de tí y te perdonó-excusó ("majál"; y al decir del Rambá"m en Halajót de Teshuváh cap.2 halajáh 13, acerca del caso de quien pidió disculpas ante testigos tres veces y el ofendido rehusó perdonarle: ¿no quiso? lo deja y se va, y el que no perdonó es el pecador) todos tus desvíos, porque retornarás a El en teshuváh completa por el valor que advertiste por fin que tiene tu vida. 
En este mismo día que es tu día, "Hashém tu E-lokím te Ordena hacer" ("Hashém E-lokéja metsavjá la'asót" = 1054): tiene que quedar claro que la mitsváh es específicamente de acción, y si pensar o estudiar y sentir, será al servicio de la acción rectificadora en este mundo; y tu acción (Reyes1 10,5) "que se elevará a la casa-templo de Hashém" ("Ashér ia'aléh beit Hashém") porque todo el pueblo hará (Reyes2 17,19) "la mitsváh de Hashém su E-lokím" ("Et mitsvát Hashém E-lokeihém"). Hashém "te Ordena hacer" ("metsavjá la'asót" = 962) un acto (Bereshit-Gen. 30,1) "que hay en él alma viva" ("Ashér bó néfesh jaiáh"), que tú íntegro estás presente en él, como veremos a continuación.
La mitsváh del día éste es hacer "las leyes éstas y las ordenanzas" ("Et hajukím haEleh veEt hamishpatím" = 1496) que rectificarán la conciencia colectiva para endulzar la separatidad, la ajenidad recíproca, que se engendró en los tiempos de la torre de Babel; para devolver al mundo a una situación en que [Bereshit-Gen. 11,1] "y será toda la tierra idioma uno y palabras-cosas unas" y habrá shalóm basado en el bien recíproco y común. (Shemot-Ex. 39,43) "Y he que la hicieron cual Ordenó Hashém" ("vehinéh 'asú Otáh kaAshér tsiváh Hashém"), y de por sí la redención se acerca (Jer. 31,16) "y hay esperanza para lo que te resta" ("veiésh tikváh leAjaritéj") porque de tu enmienda surgirá la reparación.
Hay una enorme potencia en el cuidado -que oficia el corazón- y en la acción material de la mitsváh que enmienda. "Y los cuidarás y harás" ("veshamárta ve'asíta Otám" = 2179) es un secreto poderoso, que tiene capacidad de abrir puertas en lo Alto hasta el punto en que [Shemot-Ex. 32,14] "y se conmiserará Hashém del mal que dijo haría a Su pueblo", y pondrá fuerza en manos de los pastores sagrados para activar milagros revelados que curen al pueblo, como que [Bamidbar-Num. 17,15] "y retornará Aharón a Moshéh, a la entrada del Templo ("Ohel mo'éd"), y la epidemia se frenó". Y tal como hemos visto y estudiado en abundancia, todo ocurre medida por medida, en simetría perfecta, de ida y vuelta: el conducto de la Misericordia se abre en el firmamento en reflejo de que fue abierto desde la tierra, por mérito de que cuidas (amas, buscas) realizar actos de piedad y habitúas la tsedakáh: (Devarim-Deut. 15,11) "abrir abrirás tu mano a tu hermano, a tu pobre y a tu menesteroso" ("patóaj tiftáj Et iadjá leAjíja le'aniijá uleEvionjá").
Y agregará aún sobre lo dicho. Porque las leyes y las ordenanzas cuidarás y harás "con todo tu corazón y con toda tu alma" ("bejól lebavjá ubejól nafshejá" = 614), con conciencia plena y feliz que te conecta directamente con "el que alimenta al mundo" ("hazán Et ha'olám", como Le apodamos al inicio del birkát hamazón, bendición tras la comida) todo en Su bondad, desde un estado de "libertad suprema" ("jerút") que recibiste por vía de revelar el orden de E-lokím "grabado" ("jarút") en tu corazón (al decir de rav Aja bar Iaakóv en la guemará Eiruvin 54a, acerca de las tablas del pacto que el habla de E-lokím estaba grabada en ellas: no leas jarút-grabado sino jeirút-libertad). Y si harás así, te está prometido que llegarás a cantar, no a modo de ruego y súplica sino en pura gratitud por lo real, lo que cantó a Hashém el gran poeta de Israel (Tehilim 23,6): "sólo el bien y la piedad me perseguirán todos los días de mis vidas" ("Aj tóv vajésed irdefúni kol ieméi jaiái"), porque el bien, lo bueno, te quiere, se apega a tí, y desde tí se refleja en luz llena de gracia a los ojos de quienes te rodean.

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